Llega según parece el invierno
Después de múltiples amagos e intentos fallidos,
parece que ya ha llegado el tan anhelado
y temido invierno. Posicionándose sobre la totalidad
de esta vieja piel de toro. Pudiera ser que
esa demostración y exhibición de ropa de abrigo, en Madrid, a la que me he
referido últimamente, ha decidido la visita de la hasta ahora esquiva estación.
Ver, circular a las personas por las aceras de la ciudad, ahora que el frio está ahí de verdad, es un verdadero espectáculo. Montoncitos
de ropa con una persona dentro andando por la calle. ¿Cuánto durara esta situación? ¿Tendré ropa suficiente para hacer
frente a esta acometida de viento siberiano? Y el catarro o gripe ¿Cuándo?..., son
las preguntas que se hacen para sus adentros el helado personal que se mueve
por la ciudad. El tráfico rodado es un auténtico cisco, los madrileños en una gran mayoría no saben conducir en calzadas
heladas o mojadas, los golpes, atascos y demás zarandajas son constantes.
En otras ciudades
españolas y europeas, donde
de siempre la climatología invernal es muy rigurosa, la llegada del frio y de
sus meteoros afines, lluvia y nieve, no
constituyen un motivo casi de cierre de la ciudad y la vida continua con machacona
rutina, adaptándose sus habitantes a estas contingencias. Las causas a mi
parecer son múltiples, falta de infraestructuras viales, tráfico caótico,
carencias en los transportes públicos…
Hemos
caído con ayuda de los medios de
comunicación en una contradicción que nos hace daño. Nos han hecho creer
que el buen tiempo, es siempre el sol y
los días soleados, y a eso hemos acomodado bastante la vida. Pero nos han
hecho olvidar aquello de que en el año hay cuatro estaciones: Primavera, Verano, Otoño e Invierno cada
una con sus condiciones meteorológicas diferentes y que por lo tanto influyen
en nosotros de manera diferente.
Vivamos con plenitud las
estaciones y pensemos que son fundamentales para nuestra vida en la tierra y
disfrutemos de sus muchas bellezas y situaciones.
Comentarios
Publicar un comentario