El Restaurante La Rotonda del Hotel Palace, un clásico que hace aguas.
Aunque
la proliferación de hoteles en Madrid,
ahora mismo es tremenda, siempre ha habido determinados sitios que han sido
y son banderas de calidad y bien hacer
en este difícil y competitivo gremio de la hostelería. En Madrid, este altísimo puesto siempre ha tenido dos nombres: “El
Hotel Ritz” y hasta ahora “El Hotel Palace” al que se le ha añadido un
nuevo nombre, el de sus nuevos propietarios Westin.
Para
celebrar el primer día de Enero de 2017, he
ido con mi familia para lo que hice la correspondiente reserva, a
las tres de la tarde que me confirmaron a través de una empresa
especializada. El producto que ofrecían
era “Brunch musical en homenaje al arte lirico y figuras españolas que habían
destacado”. Que por cierto la música
termino sobre las 15.45. Pasó de ser un
Brunch musical a uno en silencio. ¿No se
podían haber dosificado las actuaciones,
para que hubieran ocupado todo el tiempo del servicio, para el contento general
de los clientes?
Llegamos
puntualmente a la hora de la reserva, nos colocan en la mesa correspondiente,
sonaban piezas musicales bastante bien
interpretadas, nos las prometimos muy felices pero, en todo tiene que haber un pero. Nos acercamos a proveernos
de comida y los primeros aperitivos bien, pero volvemos otra vez y lógicamente
las bandejas se vacían, lógico, el lleno
es total. ¡¡¡ Pero lo ilógico, es que esas bandejas, no se reponen ¡!!. Los
camareros andando por el inmenso salón, desorientados y sin dirección. Pedir
que nos pusieran otra copa de cava, una
aventura. Hago un inciso, luego nos
enteramos que también había vinos, pero al no saberlo, ya que nadie nos lo dijo
ni estaba escrito por ningún lado, nos
obligó a hacer toda la comida con este espumoso,… Para que seguir, un desbarajuste total. Así comienza el desplome de los
gigantes…
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