Destilación y II
El
origen del apelativo espirituosos, que se da a los destilados tiene que ver con la
búsqueda de la esencia, del espíritu de los productos sometidos a destilación. En principio los destilados fueron usados para fines
medicinales y para la fabricación de perfumes.
La destilación en el curso de la historia ha pasado
por diferentes formas. La diversidad viene dada por la forma y complejidad del alambique y las diferentes técnicas
utilizadas.
Así la diferencia entre cognac,
armañacs o diferentes tipos de brandies,
depende en gran medida de las diferentes técnicas de destilación. La velocidad en la que la destilación se realiza marca también diferencias esenciales.
Variando el tiempo de calentamiento del agua se puede controlar la condensación
y, por lo tanto, el extracto.
Cuanto más lento sea el proceso, más condensación
y riqueza de elementos se proporcionara al destilado. El material producto de destilación es también fundamental para
el carácter del destilado final. Existe una relación directa entre la calidad
de la destilación y su complejidad.
Cuanto más perfeccionado y técnico es el proceso de destilación, menos complejo es el producto resultante ya que
contiene un índice muy bajo de impurezas que, en una medida adecuada,
proporcionan al alcohol su carácter y
personalidad particular.
Muchas
veces la concentración de vapores de que consta el alma de la destilación no cubre todas las características de la materia
prima. Muchos brandies son
estropeados por la adicción de agua, por otro lado indispensable para ser
bebidos. Las impurezas contienen
infinidad de ingredientes que, independientemente de su cantidad, pueden
aportar efectos beneficiosos a la calidad final de un espirituoso. En cualquier caso, la destilación es un primer proceso de la elaboración de los espiritosos de calidad, como los cognacs, los brandies o los
armagnacs, donde el envejecimiento en madera es esencial.
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