Una tierra vinícola con garra; Cariñena
En
la Comunidad autónoma de Aragón, al
sur de la ciudad de Zaragoza se
extienden los viñedos de la Denominación
de Origen Cariñena. Catorce municipios se reparten las vides, entre las que
no destacan, al contrario de lo que pudiera pensarse, la variedad Cariñena, ya que sustituida por la Garnacha cuando se reconstruyo el
viñedo, tras la filoxera.
Son
tierras de relieve ondulado, más accidentadas en el sudoeste, de suelos permeables, áridos y poco fértiles, muy aptos
para la vid. El clima es continental
con un enorme contraste de temperaturas, donde el cierzo o viento del norte, sopla implacable resecando aún más el
ambiente.
De las variedades de uvas que autoriza la D.O., la
más importante es la Garnacha Tinta seguida
por la Cariñena, Tempranillo, Juan Ibáñez,
Monastrell Romano, Macabeo y Parellada. La producción de vinos a estado
hasta ahora dirigida a los gráneles. Las
bodegas están girando sus instalaciones a la producción de vinos embotellados de calidad.
Los tintos de Cariñena se caracterizan por la gran sabrosidad
que les confiere la Garnacha. Son
cálidos y bastante robustos, con un color cereza oscuro, matizado por tonos
violáceos y unos aromas de fruta muy madura, en ocasiones casi pasificada que
recuerda las moras o las ciruelas.
Los Crianzas mantienen los rasgos de la fruta
madura, pero suavizados por el toque de la madera.
Los Rosados están alcanzando también un magnifico nivel.
De color rosáceo frambuesa, exhiben
un buen potencial aromático, propio de la Garnacha,
así como una gran sabrosidad en boca.
También se elaboran vinos rancios y licorosos a
base de Moscatel Romano.
Estos vinos maridan perfectamente con alimentos
ricos en grasa, como: carne, caza y
quesos muy curados. Son vinos con ¡¡¡ una gran garra !!
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