Sorpresa en unos grandes almacenes
Las
aglomeraciones urbanas en las grandes
ciudades, crean grandes problemas unos de abastecimiento de la ingente población y otros de falta de espacio para viviendas, comercios y
servicios. Esa falta de espacio llevó
a los arquitectos a construir en vez en horizontal,
construir en vertical. Esto
llevó entre otras cosas a construir a grandes empresas de distribución enormes almacenes, que en primer lugar
facilitaban al cliente las compras, estaban
todas las mercancías juntas, podía comprar todo con la única molestia de
desplazarse a través del enorme
monstruo, recorriendo larguísimos pasillos, subiendo y bajando por ascensores y escaleras mecánicas hasta
encontrar lo que buscaba.
Todo
esto modernísimo, pero un tanto impersonal, si encuentras lo que quieres tienes luego que buscar a alguien que
te atienda y te acompañe entre el laberinto
de expositores y expositores, hasta
encontrar la caja y pagar. En estas grandes superficies, en las enormes
extensiones de las plantas, y por
aquello del ahorro de costes, encontrar a un empleado que te atienda, es
más difícil, que encontrar en un campo el famoso trébol de cuatro hojas.
Se
ha aducido que estos enormes edificios, son el colmo de la seguridad tanto para el cliente como para la empresa. Pues no y mil veces no, para reafirmar
esto contare una anécdota que me sucedió a mí y que se explica por sí sola, en un gran almacén.
Salimos mi mujer y yo, a
dar un paseo, llegamos
a un gran almacén y decidimos entrar, entre otras cosas para ver de esas caras
obsesas de quienes quieren comprar y no encuentran que. En la sección de caballeros, vi una chaqueta
de punto que me gustó ¡¡¡parecía de mi
talla!!! Cazamos a un empleado, nos llevó a caja, pagamos y hacia casa ¡¡¡no
pasó nada!!! Me volví a probar la prenda
en casa y no me estaba tan bien como parecía, pues a devolverla,
llegamos, cara de asombro en caja, me enseñan un vástago de seguridad,
que iba dentro de la prenda, y que no retiraron de la misma. No había funcionado.
Había salido y había
entrado del Gran
Almacén, sin que sonara la alarma. ¿Los
grandes almacenes son seguros?
¡¡¡Qué pena las
tiendecitas de barrio, de trato tan
cercano, y con un garrote como elemento disuasorio, para casos graves, estos
gigantes con los pies de barro se las han comido!!!
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