La normalidad


Este concepto engloba la serie de expectativas que cada sociedad tiene de su gente. Se trata de una generalización y, como tal, carece de precisión cuando se lleva a la práctica. Por mucho que una persona se esfuerce en parecerse a otra, en cumplir con sus mandatos, nunca podrá modificar sus sentimientos y sus necesidades voluntariamente. La normalidad hace caso omiso a aquellos detalles que nos hacen individuos y por lo tanto no habla de nosotros, sino por nosotros.

En épocas pretéritas y no hace demasiado tiempo, se hablaba que los acontecimientos rompían la normalidad de la vida diaria. Era un ejemplo y todavía lo sigue siendo, las pasadas fiestas navideñas, año nuevo y reyes, se rompía una monotonía, la cual era y es muchas veces para nosotros y aún lo sigue siendo una “auténtica zona de confort”.

Se alteran las costumbres diarias (horarios, salidas, comidas, visitas, regalos...) y eso nos produce una sensación de vacío e inestabilidad que a veces hasta puede parecernos en algunos momentos placentera por la novedad, aunque nos desorganice nuestro esquema vital.

Ese hacer, lo que no se hace diariamente, nos puede producir en el caso de estas pasadas fiestas alegría, cansancio o hastío, con lo que la respuesta a nuestra pregunta de ¿Qué tal las fiestas, como lo has pasado? de que ¡¡¡ bien, pero cansadísimo, que bien que ya han pasado y ahora a disfrutar de la normalidad!!!,está plenamente justificada.

Es muy lógica y normal esa expresión de disfrutar de la normalidad, volvemos a lo de antes, no hay que hacer lo que hace todo el mundo y que de alguna manera te arrastra, vuelves a ser tú, hemos hecho un montón de cosas arrastrados por la corriente de la mayoría. He conocido a personas que cuando de verdad estaban alegres, era a partir del 7 de enero, que por ese motivo, era el momento de disfrutar  de las primeras copitas de cava de la temporada, en honor de la vuelta a la normalidad.

Hay algunos y yo con ellos, digo que la normalidad, no existe. Siempre ocurre algo fuera de lo normal.

Tengamos la mente abierta a la sorpresa, la novedad y el cambio de hábitos, aunque como dirían los castizos, sin pasarse.







¡¡¡VIVAMOS CON ALEGRIA E INTELIGENCIA LAS FIESTAS Y HUYAMOS DE SUS PARTES NEGATIVAS!!!

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