Café, niños, bulla y aplausos

enero 22, 2019

Un ruido confuso causado por las voces y gritos que dan varias personas, me recibe, cuando entro en una coqueta cafería del centro de la cuidad, con la sana intención de descansar y tomarme un oloroso café. ¿Qué será ese ruido, que me recibe?. Observo a mí alrededor y veo que proviene de dos animadísimas mesas, ocupadas por personas de mediana edad acompañadas por varias criaturas.

En las mesas, se discute animadamente, mereciendo algunas intervenciones encendidos aplausos y exclamaciones de aprobación por parte de los asistentes. Esto no tendría importancia, sino fuera porque el local, estaba lleno de bote en bote. Esta bulla, producida en estas dos animadísimas mesas, producía un intenso desasosiego a las demás personas que solo pretendían tomarse algo, en un ambiente tranquilo, bien solos o manteniendo una pacífica conversación con el acompañante. Estábamos sufriendo el ataque de una banda de auténticos mastuerzos, que tanto abundan en la actualidad, y que son una autentica alergia social para la convivencia ciudadana.

Y los niños acompañantes, sueltos, corriendo y gritando como energúmenos por el recinto del establecimiento, sin ningún control por parte de sus familiares. Una de las criaturitas (que no tienen la culpa, ya que se abandonan su control para hablar-discutir-gritar con sus compañeros de mesa) tiró una bandeja que portaba una camarera, sin ninguna reacción familiar. QUE FALTA DE EDUCACIÓN SOCIAL Y CIVISMO, ¿Cómo pretendemos, que nuestros niños se porten bien, si no les damos ejemplo?. Se enseña no con cachetes, sino conduciéndonos adecuadamente, para que nos imiten, los que nos siguen.

Estas situaciones, para ti espectador-sufridor, te ponen tenso y nos hace pensar a todos, en cuanto nos falta para llegar a la altura de un país civilizado. El elevado consumismo que a todos nos invade, nos ha llevado a evadirnos de la educación de los hijos. Llegamos a casa, estamos cansados después del trabajo, solo queremos dormir para afrontar descansados, la dura jornada del día siguiente. ¿HABLAR Y JUGAR CON LOS HIJOS...?, en otra ocasión. ¡¡¡QUE LES FORMEN EN EL COLEGIO!!! y así nos va.