El restaurante más antiguo del mundo
Tras la muerte de Felipe II, Madrid siguió creciendo, a pesar de que su
sucesor, Felipe III, trasladó temporalmente la Corte a Valladolid. Tenemos
constancia de la existencia del edificio que hoy alberga Botín justamente en
esa época, concretamente en 1590, cuando su propietario solicitó el «Privilegio
de exención de huéspedes», de cuyo documento consta acreditación.
Este impuesto lo pagaban aquellos propietarios de inmuebles de más de una
planta que no deseaban albergar a miembros de los cortejos reales que llegaban
a Madrid, que no se hospedaban ni en Palacio ni en las casas de los nobles.
En 1606 la Corte vuelve a Madrid, y en 1620, con la reforma efectuada en la
Plaza Mayor (antigua Plaza del Arrabal), la zona se convierte en el principal
enclave comercial de la ciudad: zapateros, curtidores, cuchilleros, latoneros,
herradores... De hecho, las calles de la zona adoptaron el nombre de los
oficios que en ellas se ejercían: Ribera de Curtidores, Plaza de Herradores y,
cómo no, Calle Cuchilleros. Es en una de estas calles donde estableció su
negocio un cocinero francés llamado Jean Botín, que llegó a Madrid junto con su
esposa, de origen asturiano, con la intención de trabajar para algún noble de
la Corte de los Austrias.
En 1725, un sobrino de la esposa de Botín abrió una pequeña posada en la
calle Cuchilleros y realizó una reforma en la planta baja del edificio,
cerrando los soportales existentes. De esta obra ha quedado constancia en una
piedra de la entrada en la que figura la fecha. De esta fecha data también el
horno de leña de la Casa, que aún hoy sigue atrayendo a los comensales.
Es curioso que hasta bien entrado el siglo
XVlll no se permitiera vender en los mesones ni carne ni vino ni otras viandas,
pues se consideraba una intromisión que perjudicaba a otros gremios. De esta
manera, sólo se podía servir lo que el huésped traía para ser cocinado. De aquí
nace la leyenda de que «en las posadas españolas sólo se encontraba lo que
traía el viajero.
Cómo hecho
anecdótico referido a esta época cabe señalar que el Libro Guinness de los Récords, en su edición de 1987, afirma que un adolescente Goya, allá por 1765, trabajó como friegaplatos en Botín. En esta misma edición se designa a Botín como el restaurante más antiguo del mundo Por aquel entonces, Botín se consideraba una «casa de comidas» porque el término “restaurante” sólo lo utilizaban algunos establecimientos, muy pocos y exclusivos, que deseaban emular a los locales parisinos.
Actualmente, el restaurante cuenta con cuatro plantas que conservan el
ambiente de la antigua posada, uno de sus principales encantos. Situado en
pleno Madrid de los Austrias, Botín se encuentra un entorno privilegiado y se
ha hecho un enorme esfuerzo para que la Casa no cambie su aspecto original.
¡¡¡¡BOTIN, CUNA DE SIEMPRE DEL BUEN COMER Y BEBER!!!!
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