La democracia reducida a colillas

Estamos viviendo actualmente una época que brilla por las excentricidades y regüeldos demagógicos, que hacen las personas o grupos que tienen algún fulgor mediático en nuestra sociedad española y que en el fondo es tan del gusto de todos nosotros, aunque solamente sea para criticarlos.
Existe una autentica cruzada a nivel mundial, contra el tabaco y los problemas de todo orden que causa su consumo. La alcaldesa de Madrid incita a su uso, basándose en dos apetencias muy acendradas, en el espíritu ciudadano español; el votar y el fútbol, me refiero a los ya famosos ceniceros-urna, que se han puesto en la capital de España. ¿Cómo se va resistir un madridista o un atlético, a votar por el equipo de sus amores, en la final futbolera, que se celebró este fin de semana? Si hay que fumar, se fuma, pero ante todo votar por la victoria de nuestro equipo favorito.
¿Está preparada, la sanidad española y más concretamente la madrileña, para atender a la cantidad de asmáticos, por ejemplo, entre otras enfermedades que en aras a su pasión futbolística que para obtener una colilla-papeleta, van a volver a fumar, aunque lo tengan prohibido por el médico? La salud no importa, ante todo pronosticar la victoria de nuestro equipo, en la final europea.
En una época donde se aconsejan ahorros en las campañas electorales, podemos matar dos pájaros de un tiro: fuera cartelería, pasquines, folletos, etc., Se regala a cada elector un cigarro por cada partido que se presente y que la colilla la deposite en estos maravillosos ceniceros-urna que el recuento lo hagan gentes sin techo, que de esta manera, podrán liar cigarrillos y fumar aunque no coman.
Lo dicho, la DEMOCRACIA REDUCIDA A COLILLAS.


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