Ezcaray, primera villa turística de la Rioja y, Réquiem por una croqueta

El viajar por las distintas autonomías que configuran el territorio español, nos proporciona grandes y satisfactorias sorpresas. Por ejemplo, en una de las regiones autónomas más pequeñas del país, La Rioja existe entre otros un delicioso pueblo serrano, que acabo de visitar, Ezcaray, es un auténtico remanso  de paz y tranquilidad. Está situado cerca del pie del Pico de San Lorenzo de la vecina Sierra de la Demanda.
Es una villa de 2046 habitantes aproximadamente no se incluyen los núcleos llamados aldeas, se sitúa al suroeste de la Comunidad riojana y a 814 mts de altitud sobre el nivel del mar. Cerca del Pico de San Lorenzo, se encuentra la estación de esquí de Valdezcaray, que cuenta con todos los medios remontes, telesquíes, etc… para poder practicar deportes invernales. El rio Oja, cruza por su término municipal, a través de unas riberas que fueron saneadas hace algunos años, con gran acierto, convirtiéndose el paseo por dichas riberas en un auténtico  placer para la salud, la vista y mis alterados nervios. En las inmediaciones de las márgenes del rio Oja,  en pequeñas alturas que dominan la villa, están las ermitas de Santa Bárbara y de la Virgen de Allende, patrona de la Villa, es muy recomendable caminar hasta allí, para conocerlas.
Pueblo de buenas y pavimentadas calles, restos de edificios renacentistas, por ejemplo El Palacio de los Barroeta, muy cerca de la Plaza Mayor. Es de destacar la Iglesia de Santa María la Mayor, son curiosas las calles con soportales, hechas para facilitar la vida de los vecinos en los rigores del invierno.
Tiene excelentes instalaciones hoteleras, magnifica gastronomía y bares con un encanto natural importante, producido entre otras cosas por las excelentes tapas que cocinan y tienen adornando  todos sus mostradores.
Por último, quiero mencionar la defunción de un recuerdo personal que me ha acompañado siempre, excitando mi apetito. Desde hace más de cincuenta años, he tenido el placer de alojarme y probar las exquisiteces del legendario hotel restaurante “ Echaurren” donde destacaba con luz propia, entre otras muchas maravillosas obras culinarias, todas de la insigne cocinera MARISA SANCHEZ con sus hijos.  Las “CROQUETAS DE MI MADRE”, de fama internacional, con una textura y un sabor inigualable. Estuve hace unos días en el establecimiento citado, las consumí como siempre, comprobé con horror que esa textura increíble había desaparecido y eran según la moda más actual, casi  liquidas ¡¡ Qué pena!! . Si renovarse es cargarse algo ¡¡¡ GLORIOSO!!! ,  apañados estamos, lo que funciona no se toca.

Comentarios

  1. A ver cuando te invitas a una de esas croquetas. Que se me va a olvidar el sabor!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Segovia es asado, el asado es Segovia.

Tempus fugit

Saber retirarse a tiempo