Grandes regiones vinícolas españolas La Rioja (3)
La
Diputación Foral decide no renovar el contrato a Jean Pineau. Entonces es, Camilo
Hurtado de Amézaga, marqués del
Riscal, quien contrata sus servicios y le pone al frente de su bodega de Elciego, construida siguiendo sus
enseñanzas, bajo las pautas de las típicas bodegas del Médoc. Entusiasmado por las posibilidades que se abren ante él,
Pineau, se trae de Francia todos los
útiles necesarios para una mejor y más correcta elaboración de los vinos. Se
construyen las primeras barricas bordelesas y se plantan nuevos viñedos de las
mejores variedades foráneas (Cabernet-Sauvignon,
Malbec, Sémillon).
Esta experiencia suscita el interés de las familias
aristocráticas vascas y riojanas, quienes empiezan a establecerse en las
localidades de Haro y Logroño para seguir las prácticas que
en 1780 introdujera el sacerdote Quintano y que acababa de perfeccionar Pineau. Así, en los tres decenios
siguientes, a las primeras bodegas de
Riscal y Murrieta se les unen
nombres como: Faustino Martínez, Rioja
Santiago, Montecillo, López Heredia, Berberana, CVNE, Martínez de Ayala,
Romeral-AGE, cuya andadura llega a nuestros días.
La
terrible plaga de oídio y más tarde
de filoxera que asoló los viñedos
galos obligó a los grandes negociantes franceses a buscar vinos de otras
procedencias. Es entonces cuando comienza
una auténtica “Edad de Oro” del vino español. Rioja se benefició por proximidad y similitud de elaboración,
mientras zonas ponían a disposición francesa el color y grado de sus uvas para
actuar como mejorantes. Fueron años de euforia que durarían hasta el año 1900,
fecha en la que se declara oficialmente la aparición de la plaga filoxérica en La Rioja. Se suceden durante siete años
la catastrófica situación, en los que la región ve desaparecer el 70% de su
viñedo.
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