Un Soneto de Sor Juana
¿En
perseguirme, mundo, que interesas?
¿En
qué te ofendo, cuando sólo intento
poner
bellezas en mi entendimiento
y no
mi entendimiento en las bellezas?
Yo no
estimo tesoros ni riquezas,
y así,
siempre me causa más contento
poner
riquezas en mi entendimiento
que no
mi entendimiento en las riquezas.
Yo no
estimo hermosura que vencida
es
despojo civil de las edades
ni
riqueza me agrada fementida,
teniendo
por mejor en mis verdades
consumir
vanidades de la vida
que
consumir la vida en vanidades.
Claro ejemplo de poesía
barroca, es un programa consciente de la misma; pero aquí ha llegado a ser un
estado de ánimo real y, por decirlo así, legitimo, una sensación poética y un
motivo fértil.
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