El Síndrome de Diógenes digital
El
Síndrome de Diógenes, en memoria del famoso filósofo griego de la escuela
cínica, es un trastorno del comportamiento que afecta, por lo general, a
personas de avanzada edad que viven solas. Se caracteriza por el abandono
personal y social, así como por el aislamiento voluntario en el propio hogar y
la acumulación en él de grandes cantidades de basura y desperdicios.
Saco
a colación al cínico Diógenes, porque estoy viendo de un tiempo a esta parte
que se están dando las circunstancias favorables para la aparición de un
Síndrome de con su nombre pero con características digitales.
Los
viajes y el turismo han proliferado de una manera tremenda aumentando
constantemente en progresión geométrica. Hace unos años lo principal de los
viajes era ver y observar con los ojos las bellezas y maravillas de los sitios
que visitábamos, algún privilegiado
llevaba “una cámara fotográfica analógica” para hacer algunas fotos que
recordaran el desplazamiento, no se abusaba de la fotografía, porque la
película y su correspondiente revelado eran costosísimos. Tenía la gran ventaja
de que las fotos así obtenidas, se colocaban en álbumes y se podían enseñar, no
eran muchas, aunque por lo que nos habían costado parecían bastantes.
Se
inventó la “fotografía digital” o como alguien lo ha llamado la liberación del
dedo. Ya no cuestan las fotos dinero, se pueden hacer miles, borrarlas,
retocarlas….
Vamos
de viaje o a visitar algo extraordinario, nuestro ojos ya no existe son el
visor bien de la cámara o del teléfono, haciendo constantemente fotos de todo.
No usamos los ojos, la mejor cámara de la que disponemos solo disparos,
disparos y más disparos, fotografías y no miradas. Además pasa una cosa añadida, son tantas miles de
fotografías las que se hacen, que luego por falta material de tiempo, es
imposible volverlas a ver.
Como
en el caso de Diógenes, no acumulemos basura digital y repito basura, porque en
eso se convierte todo ese material nunca
vuelto a visionar y recuperemos tiempo
de observación con nuestros ojos de lo que la bellezas del mundo nos ponen
delante.
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