De mi muerte, anticipadamente anunciada

Ciertas situaciones vitales cargadas de dramatismo, están a su vez cargadas de un gran contenido humorístico. La muerte es un acto  que crea una gran cantidad de estereotipos sociales, que marcan la conducta personal para enfrentase al mismo.

Para el imaginario colectivo está fuera de razón, que por ejemplo fallezca una persona más joven que otra, no es lógico, aunque sea real.

Soy una persona mayor, bastante mayor, casado con una persona bastante más joven que yo. Esto me ha llevado a ser protagonista de situaciones y anécdotas de gran carga humorística, debido a esta circunstancia. Alguien, dirigirse a mí, para decirme “dígale a SU HIJA (mi esposa), que aquí hay sitio para sentarse”…, y cuando les explicas la realidad no se lo pueden creer. Te entierran en el momento que durante un tiempo, no acudes a un sitio donde ibas con frecuencia. El pescadero del Mercado, preguntó a mi mujer, si me había muerto, porque hacía mucho tiempo que no me veía y así en múltiples ocasiones,¡¡¡ hay cantidad de gente que quiere anticipar mi desaparición!!! ¿Qué les habré hecho, yo? ¿Ser mayor?

Hace menos de una hora, me acaba de suceder una anécdota sobre esto, magnifica, repito simplemente magnifica.

Suena el teléfono, preguntan por mi mujer. Contesto que está trabajando, noto un cierto tono de extrañeza en su voz. ¿Trabajando? me repite, ¿no es la casa de su  hermana?, no, insisto, está trabajando, y es esta su casa. Cuelga y vuelve a llamar, con la misma extrañeza y cuelga. Entonces me doy cuenta de algo. Hace aproximadamente una semana, falleció el esposo de la hermana de mi mujer, más joven que yo. A esta persona, que no tiene mucho contacto con la familia, y que llamó a mi casa le había llegado la noticia de la muerte de uno de los esposos de las hermanas. ¿Quién podría ser?, el más mayor. !!! YO!!!.

Prometo que me moriré, aquí no me voy a quedar, pero lo hare cuando me corresponda, soy muy obediente, lo siento por quienes están adelantando mi desaparición, en función de mis años y arrugas. Lo siento de momento, por obediencia, no lo puedo hacer.









¡¡¡  SE ME OLVIDABA, NO SOY EL PADRE NI  EL ABUELO DE MI MUJER!!! ¡¡¡ LO JURO ¡!!

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