Café Comercial, un restaurante que no encuentra aún el camino.
El
pasado 24 estuve por tercera vez, comiendo con un grupo de amigos y familiares
en este veteranísimo y casi bien remozado
local. Digo casi bien, porque siguen los defectos que advertí en visitas
anteriores, yo creo que acentuados. El ruido en el comedor y el servicio.
Todos
los tratadistas tanto de gastronomía como de medicina están de acuerdo en que
un comedor debe ser un espacio animado pero en un ambiente tranquilo. En Café
Comercial el ruido que entra en la zona de comedor, desde la barra, como “pedro
por su casa”, hace insoportable ingerir los alimentos pedidos, con la debida
tranquilidad y que por otra parte, son el resultado de una cocina magnifica.
Tradición y modernidad es el resultado de esa cocina, a destacar: las
croquetas, las patatas bravas, los taquitos de merluza…Lo dicho una cocina
magnifica, que pierde su empuje en el guirigay del comedor.
El
servicio, como ya advertí en ocasiones anteriores, malo no, lamentable y
¿porque digo eso?. Un comedor y con bastante gente debe ser atendido según el
plan que establezca el JEFE DE SALA,
para dar un servicio ágil y rápido a los clientes, pero me pareció que este no estaba,
ni se le esperaba. Observe que los camareros, en un número no escaso, iban
y venían como dicen los castizos como
“gallinas sin cabeza”, o sea que iban a su alegre y libre albedrio, sin
dirección, sin saber a dónde iban. Eso
sí gastándose bromas a la vista del público, increíble.
Nosotros
entramos a las 14.10 y salimos a las 17.05 ¡¡¡Intolerable!!!
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