Un secuestro de Jardiel en el Galileo

En la noche  de ayer 15, asistí al espectáculo, por llamarlo de alguna manera, que se representa en los jardines de Galileo de Madrid, basado en la maravillosa obra teatral de Enrique Jardiel  Poncela: “Cuatro corazones con freno y marcha atrás”. La actualización y modernización de la obra, para mí, un completo disparate.

Yo me pregunto, ¿por qué modernizar textos que les salieron redondos e intemporales a los autores?, ¿es esnobismo, o afán de notoriedad por parte de los adaptadores?. Esta obra, que eso si en su segunda parte conserva algo más del original jardielesco, es un “totum revolutum” donde se mezclan bailes descoyuntantes, trucos infantiles, saltos diversos, canciones actuales y que se yo más despropósitos, incluido la referencia antiamericana habitual. Con todo esto para mí, la representación se hace pesada, los casi cien minutos de duración se notan y pesan en la espalda.

El elenco artístico hace lo que puede en esta barahúnda, a veces me parecieron como gallinas sin cabeza, no sabían que hacer. La dirección flojita, muy flojita, o sea otro secuestro de Jardiel. A ver si al verano que viene lo sueltan y puede moverse por estos jardines con su característico humor inteligente, agilidad y frescura  para gozo de los espectadores.

Con un calor sofocante sobre Madrid anoche, las sillas de plástico te hacen sudar como un auténtico cerdo, haciéndote aún más incómoda la estancia. Como el espacio no es muy grande ¿no se podrían arbitrar ventiladores, o chorritos de agua, que refrescaran el ambiente?.









Un especial recuerdo a las pomposamente llamadas “CENAS”. Los productos ofertados a unos precios, porque no decirlo caros, siendo auténticas inmundicias de la peor calidad.¡¡¡ Que tortilla española ¡!! ¡¡¡ Que patatas bravas!!! ¡¡¡ Que ahumados!!!, desde luego habían llegado a Madrid, desde sus mares de procedencia hacia muchísimo tiempo y eso se notaba, a pesar del paso por la nevera, para que seguir… UNA VERGÜENZA.

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