La procrastinación


La procrastinación, postergación o posposición, es la acción o habito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

Se trata individualmente de un trastorno volitivo del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción por realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad (estrés). Este puede ser psicológico (en la forma de ansiedad  o frustración), físico (como el que se experimenta durante actos que requieren trabajo fuerte o ejercicio vigoroso) o intelectual.

El término se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente sin tener fuerza de voluntad para concluirla. El acto que se pospone puede ser percibido como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso, aburrido, se  estresante. Por lo cual se autojustifica posponerlo a un futuro “sine die “idealizado, en que lo importante e supeditado a lo urgente.

La procrastinación, como síndrome que evade el responsabilizarse posponiendo tareas a realizar puede llevar al individuo a refugiarse en actividades ajenas a su cometido. La costumbre de posponer, si bien no se ha demostrado totalmente, puede generar dependencia de diversos elementos externos, tales como navegar en Internet, leer libros, salir de compras, comer compulsivamente o dejarse absorber en exceso por la rutina laboral como pretexto para evadir alguna responsabilidad, acción o decisión.

Este problema de comportamiento no está necesariamente ligado a la depresión o a la baja autoestima. El perfeccionismo extremo o el miedo al fracaso también son factores para posponer, como por ejemplo el no atender una llamada o a una cita donde se espera llegar a una decisión.

En la sociedad actual, este tipo de comportamiento postergatorio se da con gran frecuencia, debido en muchos casos a que las personas pretenden hacer más de lo que pueden abarcar en todos los sentidos.

Existen dos tipos de individuos que ejecutan esta acción: procrastinadores eventuales, cuya actitud evasiva no se repite habitualmente y procrastinadores crónicos, cuya conducta evasiva y repetida en el tiempo.

También puede ser un síntoma de algún trastorno psicológico como depresión endógena  o TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad)

¡¡¡UN LEMA PARA COMBATIR ESTE 



TRASTORNO: “LO QUE PUEDAS HACER HOY, NO LO DEJES PARA MAÑANA”!!!

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