La camarera de uñas azules
Esta
anocheciendo. La ciudad gigantesca, casi vacía, con pocos habitantes pululando
por sus calles, debido al éxodo
vacacional se aferra a la luz del sol que va perdiendo intensidad ante la proximidad de la noche. El
día ha sido una autentica sesión de sauna finlandesa, el mercurio se salía del
termómetro.
Ante
la perspectiva de la noche y su posible frescor, (inexistente, por cierto)
decido salir de casa para tratar de calmar la sed que durante todo el día me
atenaza. La ciudad, en agosto y al anochecer, es una ciudad vacía,
muerta...Cerca de mi domicilio, en una calle de aceras amplias, hay un bar que
tiene mesas de sobra. No hay nadie, me siento, espero a que alguien me
atienda...
Pasa
un rato, nadie me atiende...pero un momento, alguien viene, es una aparición
ciudadana, podríamos decir, como una fantasía picassiana. Apareció ante mis
ojos, una mujer de mediana edad, bajita (va con zapatos de cuña altísima, para
parecer más alta), regordeta, vestida con un pijama negro de manga corta (de
origen incierto), pintada y arreglada con arreglo, a los canones de última moda
de cosmética, belleza y llamativa
bisutería, todo muy low-cost. La pintura que lleva en la cara, sería suficiente
para cubrir la superficie de varios coches desconchados y una melenita corta,
rubia pajiza pero muy pajiza..., (cada uno puede ir como quiera), le pido la
consumición y espero a que me la traiga...
Al
cabo de una corta espera, aparece de
nuevo con la bandeja ya con lo pedido por mí, repito, soy el único ocupante de la terraza en ese
momento. La camarera (vestida de negra,
clienta de low-cost, y pelo teñido), se acerca obsequiosa a mi mesa, para dejar
el servicio y entonces tengo una segunda sorpresa. Las manos regordetas de esta
mujer, lucen diez uñas falsas, de color azul purísimo, eran como trozos
puntiagudos en forma de garra pintadas de ese color purísimo, que solo Murillo,
supo reflejar en sus “Vírgenes” y se mueven a mi alrededor para dejar el
servicio, hipnotizándome.
¿De
dónde ha salido esta visión, en forma de mujer picassiana?, tengo ganas de irme
de allí. La visión me ha trastornado ¿será el calor reinante?, no es posible
que exista una camarera de esa guisa...pago atropelladamente la consumición que
no consumo y me voy a mi casa. He pasado miedo...
¡¡¡QUE
FATALES ALUCINACIONES PRODUCE EL CALOR!!!
Comentarios
Publicar un comentario