La casi desaparición de la corbata

La corbata es una prenda de vestir que sirve como complemento de la camisa, que consiste en una tira, generalmente hecha de seda u otro material que se anuda o enlaza alrededor del cuello, dejando caer sus extremos, con fines estéticos. Por lo general ha sido y es de uso masculino.

Existen al menos dos tipos de corbatas: la larga, es el tipo más usual en nuestros días y la corta o de “moño”, conocida también como “corbata pajarita. Su uso protocolario, está ya únicamente indicado para actos del ámbito judicial solamente, siendo potestativo y no reglamentado en el resto.

En estos tiempos de temperaturas tórridas, en salas abigarradas de gentes o con potente calefacción, todos hemos sufrido y hemos podido observar en los demás, el martirio de tener  que llevar anudada al cuello, la dichosa corbata. A qué estado  de malestar, se puede llegar entre los obligados a llevar este demoniaco adminiculo, para cumplir con el rígido protocolo correspondiente, que empezaron algunos a tener la osadía de aflojarse el nudo de la corbata y desabrocharse el botón correspondiente de la camisa, para no caer desvanecidos. Siguieron, siempre los más osados y rompedores pasado el tiempo, quitándosela guardándosela en un bolsillo, arremangándose... ¡¡¡Que falta de respeto, adonde vamos a llegar, si seguimos así, decían las personas protocolarias a ultranza!!!

La sociedad, ha seguido dando pasos en el sentido de tratar de aunar comodidad, respeto y protocolo y una de las primeras víctimas ha sido la corbata ¡¡¡EN BUENA HORA!!!. Las personas, se autorrespetan y respetan a las demás, no con vestidos, ni complementos especiales a los mismos, sino con respeto (sentido y vivido), aseo esperado, ropa normal cómoda y discreta e intentando no llamar la atención.

Otros objetos que en reuniones de cualquier tipo, se ve que están de más, son: la americana en los hombres, aguantando impertérritos en los ambientes más extremos. ¡¡¡TODO SEA POR EL PROTOCOLO, O SEA POR EL QUE  DIRAN!!! Y en las mujeres esos zapatos, que desde su altísimos tacones inestabilizan a sus dueñas.

¡¡¡EL RESPETO SE DEMUESTRA ANDANDO!!!