Cortes, política, croquetas
El
histórico Barrio de las Letras, alberga desde su inauguración el 31 de Octubre
de 1850, por parte de S.M. Isabel II, entre las calles de José Zorrilla y
Carrera de San Jerónimo, el imponente edificio de Palacio de las Cortes, obra
del arquitecto Narciso Pascual Colomer. Enriquece el Barrio a partir de 1884,
el Ateneo de Madrid, un magnifica edificación ecléctica, en la calle del Prado,
que ha irradiado continuamente cultura a
toda la ciudad.
Es la época muy aireada en la prensa del
momento, una curiosa caída de un meteorito sobre la ciudad. Gerardo Diego,
Giuseppe Tomasi Di Lampedusa, André Bretón, Antonio de Lara (Tono)...y otros
muchos asombran al mundo, con sus obras.
Año
1896, en la calle Jovellanos 7, frente al Teatro de la Zarzuela, se inaugura
una taberna, restaurante, que con su honradez y buen hacer, permanece abierta
hasta nuestros días, CASA MANOLO que por su proximidad a las Cortes ha sido y
es punto de encuentro de políticos de
distintas tendencias y lugar de acuerdos y desacuerdos sobre temas que han
importado o no a los españoles, tomando unas sabrosas croquetas (especialidad
de la casa) acompañadas de unos vinos, todo rezuma historia contemporánea, bajo
la presencia de la antigua e impresionante maquina registradora, que ocupa un
lugar preferente en el histórico
establecimiento.
El
pasado sábado, fui una vez más a comer a tan histórico sitio, a disfrutar las
inimitables croquetas (pollo y jamón, excelente fritura...). Los excepcionales
callos a la madrileña (tiernos, suaves, melosos y con el puntito justo de
picante). Una antigua, aunque para mi novedosa tortilla de patatas con salsa de
chipirones, un verdadero caleidoscopio de sabores naturales. Tarta de queso,
bastante anodina. El vino muy interesante: ARROYO (crianza), tempranillo 100%,
D.O Ribera del DUERO. Sotillo de la Ribera (Burgos).
Esta
mi pequeña reseña, de una buena comida (muy bien cocinada), en un
establecimiento histórico.
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