Mis enfermedades en el otro
El
amor, es un sentimiento de afecto, cariño y solidaridad, que una persona siente
hacia otra y que se manifiesta generalmente en desear su compañía, alegrarse
con lo que considere bueno para ella y sufrir con lo que considere malo y no
dramatizar innecesariamente. He encontrado esta forma especial, que debería
completar la definición de amor, en algunos casos.
Conozco
una pareja ya madurita, muy cercana a mí, donde el varón es mayor que la
hembra. De resultas de esto, visita con mayor frecuencia distintos servicios
médicos para intentar encontrar remedio a los males que la edad va procurando a
las personas, que como él, ya van
sumando muchos años. Hasta aquí todo normal.
Lo
que a mi manera de ver, es menos
normal, que cualquier síntoma que tenga
él, que lo asume con la lógica tranquilidad normal, expectante de diagnóstico,
ella considere que es la antesala de la muerte y que hay que prepararse ante el
mal aspecto que presenta el síntoma, que como nunca puede ser leve, lo lógico
es que sea malísimo. Ante esa posición vital de ella de marcado sentido
tenebrista y dramático, la psique de él, llega en algún momento a contagiarse
negativamente…
El dramatismo de las situaciones en casos como este, se trasmite
como por osmosis a los dos, con el consiguiente efecto malsano para ambos…
Un
ejemplo: Orinar en un servicio él, lavarse las manos y mojarse el pantalón,
ella ve en eso, un síntoma clarísimo de
incontinencia urinaria y como tal, se lo comunica a una hija del matrimonio, sembrando
una preocupación sin motivo en la familia. Cuento esto como ejemplificador,
sobre lo que quiero decir…
Tenemos
que pensar, que todos tenemos que morir, eso es un hecho irreversible.
Lo que
tienen que hacer con nosotros y nosotros con la gente de nuestro entorno, es
sufrir con el otro la enfermedad, cuando esta diagnosticada, tratando de
tranquilizar al supuesto paciente, ya
que el cariño y la comprensión tienen efectos casi mágicos en muchos casos. No
transmitamos nuestras hipocondrías en esas a veces observaciones delirantes. Si observan, con
tranquilidad en nosotros, o nosotros observamos en nuestros íntimos, síntomas
importantes de una enfermedad, que nos lo comuniquen para decirlo al
facultativo que nos asista, debiendo hacer nosotros lo mismo, con nuestros íntimos.
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