El insulto, como salida de emergencia
El
insulto, es un término o expresión que el emisor utiliza con la intención de
lastimar u ofender a otro individuo.
El
insulto como la tormenta, será más o menos dañino dependiendo de donde nos
coja, de la situación social o económica en que nos pille; nos dolerá más que
nos dé donde más nos duela, o que más visos tenga de ser cierto.
Que
a la mujer claramente hermosa la digan fea la hará sonreír, pero como sea fea
de verdad se subirá por las paredes. El insulto es uno de los grandes logros de
la humanidad. Arregla las contiendas de todo tipo, sin que la sangre llegue al
rio. Mejor un insulto a tiempo, que una patada en salva sea la parte.
El
insulto, actúa a modo de tubo de escape que aminora la presión interior es tanto
como echar hacia afuera el ardor que se produce en la olla a presión de nuestro
ánimo, ayuda a lidiar con la pesadumbre que nos proporciona una turbamulta de
pesados, idiotas, cabrones que ponen cerco a la fortaleza de nuestro corazón,
con estupideces y ruindades constantes.
El
insulto, es una especie de retrato interior de la persona que se desmanda y
anda suelta como vaca sin cencerro molestando y haciendo daño. Por otra parte,
conviene ser justo en su dosificación: a quien es solamente idiota no debemos
cargarle con la responsabilidad de ser también un cabrón o un burro.
Tengamos
también en cuenta que hay también un tipo de personas que son insultadoras
compulsivas, y es por que sufren una enfermedad psiquiátrica o trastorno
obsesivo compulsivo, llamado SINDROME DE TOURETTE.
De
todos los modos, las situaciones conflictivas o críticas que tengamos con
nuestros semejantes, procuremos intentar solucionarlas por las vías del
razonamiento, la negociación y el acuerdo, que es mucho más práctico, ya que el
uso del insulto, como salida de emergencia, demuestra nuestra falta de
razonamientos convincentes para reconducir la situación y podemos crear odios
que enturbiaran la convivencia tan necesaria, en todos los casos.
Comentarios
Publicar un comentario