Hablando de mí mismo

En mi contacto, normalmente mañanero, con el teclado y la pantalla del  P.C., establezco como una conversación resumen de la jornada anterior y pongo de manifiesto, en los escritos que salen de ahí, de los que por cierto, este es el 1001 (número de triste recuerdo en la historia reciente española),  lo que pienso, como veo el mundo que me rodea, en que creo, (si es que todavía creo en algo, a veces lo dudo), en una palabra, lanzo al espacio digital, una especie de modernas confesiones de raíz agustiniana…, camufladas a  veces, para no herir sensibilidades de gente que me conoce y que siempre están a flor de piel…esperando que alguien las encuentre, las lea, se sonría y si le pueden servir de alguna ayuda, mejor que mejor…

Soy mayor, muy mayor yendo ya por la pared descendente de la montaña de la vida desde hace mucho tiempo, trabajando y esperando que cuando termine el descenso de mi existencia, mi conciencia se encuentre tranquila. He vivido (en el sentido total de la palabra), he acertado en algunas cosas y en otras, me equivocado de manera clamorosa, pero nunca con mala fe.

Creo que la vida no es el final, hay un más allá. Creo en la igualdad y los derechos de los todos los seres humanos, sin distinciones, pero pensando que TODO DERECHO, CONLLEVA UNA OBLIGACIÓN. Los derechos no se  regalan, se conquistan día a día, no con las palabras, sino con el ejemplo personal que demos a los que nos rodean, porque para mí dar es mejor que recibir…

No creo en la familia patriarcal como hasta ahora se ha venido entendiendo. Creo en la familia formada por personas que desinteresadamente se quieren, se ayudan, necesitan estar juntas espiritualmente y se respetan sobre todo, en su propia libertad.

Me gusta y disfruto con cualquier forma de producción libre del talento humano (arte, literatura, ciencia…).

Me siento con las mejillas coloradas, por hablar aquí solo y tanto de mí. Prometo volverlo a hacer, cuando cumpla el 2001 (una odisea en el espacio)…

¡¡¡ QUE YO LO ESCRIBA Y QUE TODOS LO LEAN!!!