A Lully, Monteverdi y compañeros, no les va bien Glorieta de Bilbao.
El
amor y sus quebraderos (amores platónicos, no correspondidos, rotos…) es una
serie de motivos que usan los compositores europeos más importantes del siglo
XVII, y que constituye por su inspiración, delicadeza y armonía, parte
importante de su maravillosa obra. La audición y ejecución de estas maravillas,
piden a gritos, ambientes cálidos, serenos, reposados…), pero nunca el del piso
de arriba, no acondicionado de uno de los establecimientos, ahora mismo, más
populares y ruidosos de Madrid, EL CAFÉ COMERCIAL. Su saloncito es apto por
otra parte, para músicas más ruidosas y menos intimistas.
Es
de agradecer el interés continuado del CAFÉ COMERCIAL, desde su reapertura, por
la celebración de este tipo de actos, que elevan el nivel cultural de nuestra
ciudad tan necesitada de estas manifestaciones.
El
recital por otra parte, fue irreprochable y magníficamente cantado por la
soprano navarra RAQUEL ANDUEZA, que con este recital reanudaba su carrera
artística después de un problema de salud, del que por lo oído ayer, parece
estar plenamente recuperada. Los acompañantes a tono con la solista,
magníficos. CÉSAR HUALDE (guitarra barroca) y JESÚS FERNÁNDEZ BAENA (tiorba).
Una
frase de Lewis Carrol que dejó escrita en “Alicia en el país de las
maravillas”: LA LOCURA ES UN BILLETE A LA FELICIDAD, es el tema alrededor del
cual giró el programa que oímos anoche. Música plena del XVII hispano-francés.
Bellísimas obras de Henry du Bailly, Gaspar Sanz, Juan Hidalgo, Luis de
Briceño, Jean-Baptiste Lully, Claudio Monteverdi (propina) y tres obras anónimas
a destacar por su gracia y reconstrucción la JÁCARA DE LA TRENA, sobre textos
de D. Francisco de Quevedo.
En
cuanto a la cena que siguió al recital, no cambio lo que he escrito en otras
ocasiones. Ruido estruendoso en el comedor y magnifica cocina. A señalar una
señalada mejora en el servicio. A ver si terminan de encontrar el camino, yo me
alegraría mucho.
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