El cante errante
Para el señor don Ramón del Valle-Inclán
Este
gran Don Ramón, de las barbas de chivo,
cuya
sonrisa es la flor de su figura,
parece
un viejo dios, altanero y esquivo,
que se
animase en la frialdad de su escultura.
El
cobre de sus ojos por instantes fulgura
y da
una llama roja tras un ramo de olivo.
Tengo
la sensación de que siento y que vivo
a su
lado una vida más intensa y más dura.
Este
gran don Ramón del Valle-Inclán me inquieta,
y a
través del zodiaco de mis versos actuales
se me
esfuma en radiosas visiones de poeta,
o se
me rompe en un fracaso de cristales.
Yo le
he visto arrancarse del pecho la saeta
que le
lanzan los siete pecados capitales.
…Del
libro El canto errante- Poemas del alma (1907)
Rubén
Darío, Ciudad Darío 18 Enero 1867 / León (Nicaragua) 6 Febrero 1916
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