La perpetuación de la hispanofobia y sus tópicos
Dos
son las razones principales que explican la perpetuación de la hispanofobia y
sus tópicos.
La
primera es su papel en el aparato de autojustificaciones de las naciones
protestantes con sus correspondientes iglesias, y luego de la Ilustración y del
Liberalismo. Las naciones y las religiones que se formaron contra el Imperio
español no pueden prescindir de la leyenda negra porque se quedarían sin
Historia. Y una vez muerto el imperio, la leyenda negra se transforma de manera
suave y natural en un mecanismo que llamamos “chivo expiatorio”.
La
existencia de la hispanofobia es útil al mundo protestante y rentable
económicamente cuando llega el caso. Los tópicos de la leyenda negra se
reproducen y se perpetúan porque tienen mercado. Mientras la hispanofobia era imperiofobia,
la victimización era poco evidente. Cuando ya no había imperio, la hispanofobia
se había convertido en un mecanismo
social utilísimo al que costaba renunciar, porque ofrecía muchas ventajas.
El
mundo protestante necesita culpables, enemigos, un diablo que explique lo que
va mal, como toda corriente histórico-ideológica que nace contra algo. Es un
mundo moralmente dual. Los nacionalismos funcionan de la misma manera. Esto en
la mentalidad católica no se ve ni se comprende, porque el catolicismo no nació
si se ha mantenido contra algo.
En
consecuencia el protestantismo no podía ser sino la historia de un éxito. De
otro modo, ¿cuál sería su razón de ser?, ¿cómo justificar el cisma?. La ruptura
con el catolicismo tenía que ser explicada y solo la denigración de este podía
servir para tal fin. Por lo tanto, ningún fracaso sino una etapa para el
triunfo. Para creerse esto hay que repetir hasta la saciedad, hasta el
autoconvencimiento y la negación de la realidad, que el mundo católico es un
fracaso, de forma que cualquier traspié se transforma en norma y se magnifica hasta la deformación.
…del libro “Imperiofobia y Leyenda Negra” de Maria Elvira Roca Barea
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