El mal humor mañanero
Para
muchas personas de toda edad y condición, uno de los peores momentos del día,
es el momento de levantarse. Dejamos la protección de la cama, el sueño que nos
ha sumergido durante un tiempo en la nada, nos devuelve a la realidad.
Una
vez culminado el esfuerzo de levantarse, casi siempre ayudado por los timbrazos
de un estridente despertador, nos dirigimos con paso vacilante al cuarto de
baño, para intentar que el agua, nos devuelva algo de vitalidad, para poder
iniciar el día con alguna garantía. ¡¡¡ Esta ocupado!!!, nuestro gozo en un
pozo, a esperar tocan, pidiendo a Dios, no tener una necesidad corporal
urgente…
Nos dirigimos a la cocina, mientras tanto, a
intentar preparar el desayuno, nos cruzamos con otros habitantes de la casa,
seguramente con los mismos problemas que nosotros. Se oyen una especie de
sonidos guturales, que se cruzan entre sí, son los saludos…
Ya
en la cocina, iniciamos la preparación de nuestro reparador desayuno, vamos a
la nevera, no hay leche, ni tostadas, ni mantequilla, no hay nada… el tiempo
pasa, ya tomare algo en la calle, me voy…
Pero
en ese momento, se oyen unas fuertes voces que suenan como truenos. Es la
persona que se encarga del arreglo de la casa. Ve todo según ella desordenado,
aunque no tanto y pone el grito en el cielo. Es como si un miembro de la
Inquisición, estuviera descubriendo las herejías de Lutero…, nos vamos a toda
prisa…
Debemos
intentar tener, un despertar placido no apurando hasta el último momento el
tiempo de que disponemos. El despertador nos puede ayudar, pongámoslo que suene
con la antelación necesaria, para prepararnos a tener el humor en condiciones.
Pensemos que los demás no tienen la culpa de nuestra buena o mala noche, para
no tener enfrentamientos con los otros, es preferible no hablar y mantener
silencio, para no decir tonterías, que luego nos pesaría haber dicho.
Y
en cuanto al ordenado/a de la casa, que aguante su mal humor y reconozca que
también deja cosas mal colocadas y no fastidie con sus voces extemporáneas a
los demás. ¡¡¡ TODOS PECAMOS !!!.
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