Un pueblo de gritones
La
convivencia ciudadana se debe asentar
siempre sobre un absoluto respeto entre las personas. ¿Por qué digo esto?
En cuanto sales a la calle en nuestras
ensordecedoras ciudades, tienes la sensación de que te has quedado sordo. Entre
un tráfico apabullante, el sonido de bobinas de automóviles que suenan en las
aglomeraciones, para de esta manera conseguir moverse en el atasco algunos metros y avanzar algo en el caos
circulatorio reinante, pero ni por esas…
Entremos
en un bar o cafetería a cualquier hora punta, debemos estar acostumbrados a
sufrir, los gritos y chillidos inundan por doquier el ambiente y pedir
nuestra consumición en el mostrador, se convierte en una misión casi imposible. Si hay una trasmisión de un ¡¡¡ partido de fútbol importante!!! ,
el local deja de ser un bar y se convierte en un mini estadio con una jauría de
aficionados chillones y vociferantes que sudan, gesticulan y enrojece debido al
ardor que sienten.
Muchos
de nuestros conciudadanos no están
al tanto de los avances de la técnica ¿porque digo esto?. He observado muchas veces por la
calle a personas que intentan hablar por un teléfono móvil. Digo intentan
porque a pesar de los gritos y chillidos
que inundan el ambiente, solo se oye como corolario a esta conversación ¡¡¡ Pero no me oyes, yo a ti tampoco te
oigo ¡!! ¡¡¡ Pero no me oyes…!!!.
Pasado ese problema vemos a otra persona que va gritando
desaforadamente sus cuitas a su interlocutor telefónico, no me interesa nada lo
que dice, pero pienso que todavía en el subconsciente de esa persona cree que
cuanto más grite sus palabras llegaran mejor a los oídos de la persona que está
al otro lado. ¡¡¡ Es tan pequeño el
aparatito!!!
No digamos cuando se
encuentran personas en la calle o en un semáforo en distintos coches, los
gritos inundan nuestra vida… para que seguir ¡¡¡ somos un pueblo de
gritones ¡!!
Comentarios
Publicar un comentario