Un apartamento fin de semana
En
la larga vida evolutiva del ser humano, el lugar donde vivía ha variado siempre en función de la localización.
Este tenía que proporcionarle seguridad,
contra animales y otros congéneres enemigos, debiendo darle sobre todo tranquilidad
y confortabilidad para poder hacer su
vida con calma.
Pasó el tiempo y vio que esto que pretendía,
como mejor se lograba era viviendo en
comunidad con otros congéneres, de esta
manera con la evolución de la vida y el
tiempo, surgen las ciudades que deberían dar esa seguridad y tranquilidad
que buscaba. Pasa el tiempo, las
ciudades se convierten en macrociudades, la acumulación de personas y
pertrechos es agobiante, ya la seguridad y tranquilidad de antaño desaparece, los seres humanos tienen que huir. La
ciudad ha dejado de ser el refugio seguro de antes.
Cualquier motivo es bueno
para huir, un fin de semana, un fin de semana largo, las vacaciones…
¡¡¡Ya estamos fuera de la
ciudad!!! ¿Dónde vamos? ¡¡¡ Habrá que buscar espacios libres, que nos den lo
que no tenemos ya en la ciudad ¡!!
Las
sierras, los campos, el mar,
comienzan a ver como surgen en sus
límites, una nueva especie de flores
rarísimas que comienzan a tapizar su suelo ¡¡¡ las urbanizaciones, colonias y
bloques, donde las personas que huyen de las antes protectoras ciudades, puedan
encontrar la paz y tranquilidad que les niega su actual residencia ¡!!.
De
momento y mientras quede sitio para ese sinfín de construcciones, que surgen
como setas repito, con lo que el espacio libre en muchos sitios ya está
escaseando el urbanita encuentra aquí, su
posibilidad de ver un cielo sin contaminación lumínica, respirar aire libre y tener
tranquilidad, la mejor medicina contra el stress y desequilibrio que producen
las ciudades antes protectoras.
Necesitamos
reencontrarnos e intentar buscar nuestro equilibrio perdido en la vida alocada
de las macro urbes. Huya el que pueda a
su apartamento fin de semana y recuerde
¡¡¡ Camina mejor quien van mirando a las estrellas ¡!!
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