Sitios reales

La corte hispánica, en principio por carecer de sitio y posteriormente por tener demasiado, es una corte itinerante, en una palabra está en constante movimiento, en función de los caprichos o necesidades, tanto políticas  como personales de los reyes.

El rey tenía en algún momento que hacerse visible, para contar con la adhesión de  sus súbditos. Hay un primer intento de fijar la capital de los reinos, en época de Enrique IV Trastamara, en el desaparecido Alcázar de Madrid, pero solo se queda en intento. Tiene que llegar Felipe II, que en uno de estos viajes llega a Madrid en 1561, procedente de Toledo para un larga temporada,  ¡¡¡ va y se queda ¡!!. Manda construir como centro para gobernar de manera casi personal, desconfiando de todos, sus inmensos territorios. El real Sitio de San Lorenzo del Escorial.

Solamente durante el periodo de 1601 a 1606, Felipe III abandona Madrid, con dirección a Valladolid, por consejo de su valido el Duque de Lerma y por motivos económicos.

Madrid era y es un lugar de temperaturas muy  rigurosas, tanto en verano  como en invierno. Esto hizo que nuestros reyes sin abandonar Madrid, como capital de sus reinos, cambiaran de residencia en función de los rigores de la estación. Lo que dio lugar a la construcción de maravillosas residencia o Sitios reales, en zonas próximas que iban a servir para mitigar las temperaturas reinantes y también otras construcciones magnificas pero más pequeñas,  para dar rienda suelta a sus aficiones sobre todo cinegéticas y alguna aventurilla amorosa…

Así surgen maravillosos sitios, como: El Palacio de Aranjuez y sus jardines, El Palacio real de Madrid, El Palacio del Pardo, El real Sitio del Buen Retiro, El Real Sitio de Riofrio, El real Sitio de la Granja de San Ildefonso, La Torre de la Parada, El Palacio de Valsain…

Varios de estos edificios han sucumbido con el paso del tiempo. La mayoría se conservan en perfecto estado de revista,  y es de destacar la labor de Patrimonio nacional en la realización de estas tareas. Otros en tiempos pasados ruinas, se han reconvertido previa una



habilísima restauración, en maravillosos hoteles o paradores que hacen las delicias del turismo nacional y foráneo.

¡¡¡ Recomiendo una visita detallada a todos estos lugares de las cercanías de Madrid, es toda una experiencia vital e histórica ¡!!


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