El colesterol en las fiestas de Navidad
Fiesta, es una reunión de
personas para divertirse o celebrar algún acontecimiento. // Día en que no se
trabaja por celebrarse alguna conmemoración religiosa o civil. Veo estas dos acepciones de la palabra mágica de estos días, para tratar de
enterarme que es lo que está pasando en estos días a mí alrededor.
Veo
a mí izquierda y derecha un auténtico frenesí compulsivo de compras de todo tipo. En
estos primeros días de esta temporada
navideña prevalecen sobre todo las de alimentos.
¿Se divierte uno más,
cuanto más colesterol se hecha al cuerpo? Pienso que no, aunque en mi opinión de “bloguero calvo” y setentón observador
constante de la vida, parece que debe estar equivocada. La gente hace
ostentación de comidas y cenas
copiosísimas e incluso de los trastornos gástricos subsiguientes. Ya no son los ágapes familiares tradicionales de estos días, son comidas con los compañeros de trabajo, comidas con que las empresas obsequian a sus trabajadores, con compañeros y ex compañeros de estudios, así hasta casi el infinito.
¿En
estos ágapes se anudan con más fuerza, los lazos que nos unen con los otros
comensales? Yo particularmente pienso
que no y que en algunos casos más que reforzar esos lazos, se sueltan. Como normalmente esos lazos son únicamente
sociales y no de cariño “el alcohol
y otros elementos excitantes” que corren abundantemente en esas
celebraciones, nos hacen soltar la verdad de ciertos pensamientos que en
circunstancias normales nunca hubiéramos
expresado, provocando las consiguientes
situaciones embarazosas…
En estas fiestas, por
favor pensemos el porqué de estas y otras reuniones no hagamos de estos días y de estas
celebraciones pasaporte seguro para terminar cayendo en manos de los médicos.
De verdad son problemas que se pueden solucionar. En primer lugar, con sentido de la prudencia. En segundo lugar es
necesario decir no. Y en tercer lugar pensar que conmemoramos unas fiestas “de
y para el amor” no el aniversario de la fundación de una multinacional de la
farmacia que al final son las que ganan con nuestros excesos.
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