Llámame de tú
Según el D.R.A.E, la
palabra “tutear” o llamar de tú, significa: Dirigirse a alguien empleando el pronombre de segunda
persona para el trato de confianza y familiaridad.
Vivimos en una época, en que los tontos de salón, que son
muchos, empachados de consignas populacheras, consideran que todos somos iguales y olvidan palabras actos y acciones
que existen para demostrar un respeto al otro, bien por su condición vital
(edad, sexo, falta de confianza, situación…) o por la oportunidad del momento.
El tuteo como signo de
confianza y familiaridad debe, o mejor dicho puede usarse con la familia,
compañeros de profesión o trabajo, personas conocidas pero siempre que haya un
mutuo acuerdo para hacerlo, si
no es en estos casos o parecidos, es una forma de falta de educación y una
descortesía a los demás.
Entra un cliente
sobrepasando los cincuenta a
una tienda y el dependiente que le atiende, veinte años más joven, se dirige a
él, diciendo ¿Qué quieres? ¿Es lógico y respetuoso?, lo mismo al
contrario dependiente mayor cliente joven.
En la calle, alguien
pregunta a un venerable anciano, ¿Sabes
dónde está esta dirección?, el
mayor se queda perplejo y la mayoría de las veces no contesta, no entiende…
En un hospital nos
podemos encontrar con casos singulares. Personas hospitalizadas en grave estado, que son
despertadas de manera inusual, por profesionales sanitarios, veinte o treinta
años más jóvenes con la pregunta ¿Qué
tal estas hoy? Entre el stress de la estancia, la enfermedad y de la
familiaridad mal entendida, el enfermo se queda perplejo.
Nuestros
semejantes y nosotros mismos, somos seres humanos con unos derechos y unos
deberes, aunque no es aquí el momento de estudiarlos detenidamente, solo quiero destacar el respeto que debemos
a los demás y que nos deben los demás a nosotros mismos: “el respeto”, que nos
es nada más que el reconocimiento mutuo de nuestra manera de estar en el mundo
y de nuestras peculiaridades.
¡¡¡ Hablar de tú a todo
el mundo, sin ton ni son, no es nada más que una muestra de la epidemia de
idiotez y empacho
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