…sin efectos secundarios
La
complejidad, la continua dificultad de la vida actual ha hecho a las personas
predispuestas, presas fáciles de estados de ánimo, que inciden negativamente
en un correcto y pacifico trascurrir de
su desarrollo vital.
Nos
vemos sometidos a una serie de agresiones tanto físicas como psíquicas, en el medio donde estamos
inmersos. No todos responden adecuadamente a las presiones del medio y esto
da lugar a la proliferación incesante de
trastornos del ánimo, que no tratados adecua- damente, (insomnios, cefaleas, pruritos,
hipertensiones…), pueden degenerar en auténticas enfermedades psicosomáticas,
con gran impacto en el bienestar personal.
Cuando
estamos sometidos a ese impacto, ¿por qué no nos ponemos, un primer tratamiento
preventivo?. No ir al médico, para que nos llene de pastillas que con un efecto limitado, nos
calmen estos síntomas durante una
temporada y luego volvamos a las andadas. Acercarnos a una persona que
disfrute de nuestra plena confianza, que puede ser también un psicólogo, hablar de lo que
sintamos y de sus posibles remedios. Hay un viejo dicho, que “un problema
llevado entre dos, es medio problema”.
Con
las prisas actuales, la tensión que genera la vida y todos los acontecimientos
que jalonan nuestra existencia, no nos da
tiempo a pararnos (que importante es esto) y meternos en nuestro
interior. Desde en “nosce te ipsum”, conócete a ti mismo hasta el “Innside”,
metete dentro (método de introspección) hay una constante recomendación de
pararnos a ver en cada momento nuestros fallos y tratar de corregirlos.
Hay
personas que reaccionan neuróticamente ante un suelo sucio, un lavavajillas mal
colocado, toman por la tremenda algo que ha dicho otra persona, sin el menor
ánimo de molestarla, eso va incidir más tarde más o más pronto en su salud.
Canalicemos
adecuadamente nuestras emociones, evitemos que hechos exteriores tan simples
como estos, cambien nuestro ánimo, tengamos claro que queremos y porque lo
queremos…
Ese será el mejor arsenal
terapéutico para que los hechos externos no dañen nuestra vida ni emocional ni físicamente.
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