Despertar a la fuerza
“Tiene
muy mal despertar y es mejor no hablarle hasta pasado un rato”, a muchas
personas esas interrupciones del sueño o momento en que esto se produce, es
como un auténtico cataclismo en su psique, entran en contacto con el mundo de
manera violenta, tiene que haber paz y silencio durante un rato, para que la
persona pueda intentar reconducir normalmente su existencia.
Hay
otro tipo de personas de carácter totalmente
diferente. Han dormido tan bien y profundamente, que su despertar es una
explosión de verborrea y energía. En la cocina, van de arriba abajo, cogiendo
cacharros para el desayuno, hablando sin cesar del mar de pensamientos que les
inunda la cabeza e inmediatamente al comer de manera muy rápida, dejan las
tazas usadas, con gran ruido en el fregadero. No digamos nada, si encuentran
algo mal a su paso, las tazas descolocadas, el cubo de los desperdicios, con la
bolsa de basura mal abierta… los gritos se oyen en kilómetros…con gran
desesperación del taciturno.
Si
alguien, no practica el famoso “dos no regañan, si uno no quiere”, el choque
puede ser de los que hacen época. Y el despertar a la mañana con una buena
“agarrada”, no es sano, digo yo.
Estos
problemas que surgen por no fijarnos en el otro, tendrían una buenísima solución,
si supiéramos convivir. Si alguien se levanta de malísimo humor, ¿Por qué
molestarle en ese momento, no podemos esperar un poco?, ¿no es ganas de buscar
gresca?,…
Vivir
con otra persona o personas, es un continuo dar para recibir y recibir para dar. Si no lo hacemos
así, no podremos quejarnos de todos los desaguisados que surjan del incumplimiento de este acuerdo
tácito.
El
sueño es delicadísimo, no alteremos el del otro, con despertadores
intempestivos, gritos, ruidos, luces…y otras acciones que no pensamos y son
molestas para los demás, que duermen bajo el mismo techo.
Tenemos
que lograr, que el BUENOS DIAS mañanero, sea una verdad en sí misma y no una
declaración de guerra total.
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