El brandy de Jerez

A diferencia de otros aguardientes de vino, el Brandy de Jerez se elabora  con vinos sanos de 10 a 13º y las uvas utilizadas son Palomino y Airén Blanca. Esta última procede de la zona vinícola de la Mancha, ya que el Consejo Regulador solo limita  geográficamente la elaboración del Brandy y no la procedencia de la uva.

Una vez destilados los vinos, se obtienen las “holandas” (este nombre procede de los aguardientes holandeses que se importaban antiguamente en España que envejecen siguiendo el sistema de criaderas y soleras o el sistema mixto, utilizado para los brandies de mayor calidad).

Para los mejores vinos y durante el proceso de destilación se utiliza la alquitara (una especie de alambique), lo que produce unas holandas muy apreciadas por su gran calidad.

La elaboración de este aguardiente en criaderas y soleras proporciona tres categorías de Brandy: Solera, Solera Reserva y Solera Gran Reserva.

El Brandy Solera es el más joven con, al menos, seis meses en solera y un 50% de holanda y el resto alcohol  vínico rectificado. Los Solera Reserva son más suaves que los anteriores, ya que envejecen como mínimo un año con un 75% de holanda, y el Brandy Solera Gran Reserva que se elabora solo con holandas y, al menos, pasa tres años en solera.

Para los brandies de mayor calidad se utiliza se utiliza el sistema mixto de envejecimiento, lo que proporciona brandies muy suaves, de color caoba y gran complejidad aromática. Dentro de este grupo se encuentran los brandies Gran Reserva Categoría Especial; son muy viejos, algunos incluso con más de 50 años, y su  producción es limitadísima.

Aproximadamente el 90% del brandy que se elabora en España sale de las bodegas que conforman el marco de Jerez: Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa Maria y Sanlúcar de Barrameda.

Desde el año 1989 el Brandy de Jerez tiene aprobada  la Denominación de Origen Especifica, los primeros escritos que hablan de la existencia de una industria vinícola importante en la zona jerezana datan del siglo XVI.