Nadie es de nadie

enero 09, 2018

Vivimos un momento de gran confusión en el mundo, las distintas clases y géneros se rebelan contra su ubicación en el contexto social y la mayor parte de las veces con razón completa, rebelión que ha llevado implícita una auténtica revolución en todos los órdenes, que ha puesto en tela de juicio los fundamentos del sistema.

Me refiero concretamente a las mujeres, de siempre consideradas como un apéndice y posesión del hombre, recuerdo la letra de un famoso tango “…la maté porque era mía…”, que es una reafirmación folkclórica de lo que estoy diciendo y que constituye un aviso de la ola de crímenes de género que está asolando despiadadamente a la sociedad española.

La mujer no es de nadie y únicamente si se quiere es de ella misma, no depende del hombre es complementaria con él, pero en una posición de igualdad de derechos. A quien dice que ante todo la mujer es madre y que su función en la vida es esa, craso error. Es primer lugar, es un ser humano en igualdad de derechos y deberes con el hombre, luego mujer y por último madre, con unos derechos y obligaciones que deben compartir con su compañero.

Hay que romper esa batalla de sexos que pretenden imponer en la sociedad ciertos sectores interesados en que la auténtica igualdad no se lleve a efecto. Hombre y mujeres deben y tienen que vivir juntos en paridad de derechos y laborar así en el progreso del mundo.

Ni “…la mate porque era mía…” según el tango famoso, ni tampoco algo que suena en un popularísimo cuplé español “… es mi hombre…”. Nadie es de nadie.

Para que el actual problema comience a tener visos de solución hay que empezar imponiendo esas ideas de igualdad en la educación, en la escuela, en todos los ámbitos familiares, laborales y de convivencia. Así surgirá como una corriente silenciosa que impregnara todos los rincones de la vida diaria y hará que la igualdad tan buscada se imponga de verdad.