La Chacha y el grifo

Una chacha de Alcorcón,
que en la capital servía,
le daba a un grifo, la tía,
con abundante asperón.
El grifo, aquel achuchón
sufrió con paciencia asaz
más le dijo “¡Oh contumaz!
¿Por qué me causas molestia?
¡Date brillo tú, so bestia,
Que buena falta te haz!”

Moraleja

En el mundo, logogrifo
que tiene muy poca lacha,
es conveniente ser grifo,
aunque te frote una chacha.



Félix María de Samaniego







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