El amor según un septuagenario
Es
un sentimiento de afecto, cariño y solidaridad que una persona siente hacia
otra y que se manifiesta generalmente en desear su compañía, alegrarse con lo
que considera bueno para ella y sufrir con lo que considera malo. //Sentimiento
de afecto y cariño, unido a una atracción sexual.
En
estas dos definiciones de amor, que entre otras aporta el D.R.A.E, vemos que
hay una similitud y una diferencia temporal (sexual), que nos va a servir para
intentar saber cómo un septuagenario, como yo, por ejemplo, siente el amor. A
estas edades ya se está de vuelta de muchas situaciones y definiciones vacuas,
se va a lo esencial de las situaciones vitales y afinamos nuestras
apreciaciones personales.
Siguiendo
un poco sobre este tema a Erich Fromm, hay que deshacer un tópico muy
enquistado en el imaginario español, SEXUAL, NO ES SINONIMO DE PENETRACIÓN
CARNAL, que eso sucede en un periodo corto de la vida. Sexual a edades
avanzadas es una acaricia, un guiño, un gesto, un agarrarse las manos, una mirada
por parte de la persona amada, que nos produce un enorme placer y gratitud
hacia el otro. Diría yo que más, porque lo carnal es bioquímica solo
bioquímica, mientras que a edades más avanzadas juegan también las hormonas,
pero de otra forma, bien desapareciendo o disminuyendo su secreción, supliendo
esa disfunción con la ayuda de los sentimientos.
Desear
su compañía, alegrarse con lo que se considera bueno y sufrir con lo que se
considera malo, para el otro, dice el D.R.A.E. Ahí está para mí, el meollo de
la cuestión. El amor para un septuagenario es vivir con una persona que en
principio te de paz, tranquilidad y sosiego, mira por ti, te cuida y la cuidas,
vivís juntos los problemas intentando encontrar también soluciones conjuntas a
los mismos. Es vivir el uno para el otro con las manos unidas, cogiendo el
valor necesario para afrontar el trance de la muerte, que así adquiere el
carácter de coronación de una vida.
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