Tiempo bochornoso


La temperatura de bochorno es un índice que combina la temperatura seca del aire y la humedad relativa ambiental, para evaluar la sensación térmica que el cuerpo humano percibe en condiciones medias de calor ambiente.

El cuerpo humano necesita disipar calor en el ambiente (mecanismo homeostático), y si las temperaturas  ambientales son más altas que la de la superficie de la piel, la disipación se hace exclusivamente por la transpiración o el sudor.

La evaporación del agua en el sudor, necesita del calor que obtiene del cuerpo. Sin embargo, cuando la humedad relativa es alta, la proporción  de evaporación del agua. Esto  significa que la cantidad de calor tomada del cuerpo será menor y la temperatura que el cuerpo percibe será mayor que la que sintiera, si el aire fuera seco. Se han tomado medidas basándose en sensaciones subjetivas.

El problema de este índice, es que no tiene en cuenta la velocidad del aire. Efectivamente, una brisa ligera o un ventilador, aumentan la evaporación del sudor, de modo que solo es válido cuando el aire alrededor del cuerpo, está en reposo.
 
La sintomatología que afecta a los humanos en los días bochornosos, es amplia y muy variada. Los síntomas neurológicos, psíquico-depresivos, traumatológicos, digestivos...están a la orden del día, se exacerban los existentes y suelen aparecer durante ese periodo de bochorno, nuevos procesos, todo por esos aumentos y disminuciones bruscas de presión atmosférica, que sufre el ser humano, durante esos periodos bochornosos.

Estamos incomodos, sentimos la ropa mojada por el sudor. Sentimos un nerviosismo en nuestra forma de actuar, otrora tranquila, que nos impide rendir lo que se espera de nosotros. El mal humor, con el bochorno se generaliza, y todo el mundo que esta como aterrado, ante esta circunstancia, mira al cielo, como esperando que desde allí venga la solución.





Efectivamente, la solución siempre viene de arriba. O llueve con acompañamiento de rayos y truenos, o cambia la dirección del aire, con lo que se modifica la presión y desaparece el bochorno. Digamos, volvemos un poco a la normalidad, de los sobacos de nuestras camisas desaparece el sudor. ¡¡¡HASTA LA PRÓXIMA!!!                

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