Fuego ambiental
Al
son anticipado, de las trompetas y chirimías de los medios de comunicación, ha
llegado poderosa y abrasadora, la anticipada y prometida “gran ola de calor”, a
la capital de España, provocando un auténtico impacto en los habitantes (naturales
y foráneos), de la ciudad.
El
pretender dormir y descansar, por la noche en este ambiente ígneo, es una pura
quimera. El ponerte el pijama para prepararte a ir en brazos de Morfeo, es una
falsa idea de refrescamiento, ya que la sensación fría de la ropa, dura el tiempo
que tardes en ponértela. Tu propio cuerpo se encarga de calentar todo al
instante.
Al
acostarte y por el cansancio acumulado, durante unos minutos logras conciliar
un sueño, no gratificante, brumoso del que pronto vas a salir, ayudado por el
calor de la propia cama. Parece que en vez de estar en el lecho, estas en la
bandeja de un horno de panadería en plena ebullición.
Los
ojos, después de salir de este primer duerme-vela brumoso, se abren como platos.
Se niegan a cerrarse, es como si en los parpados nos hubieran puesto dos
palillos para impedirnos el sueño. El insomnio es completo, el calor golpea
despiadadamente. Si usamos aire acondicionado, corremos un peligro más, que nos
de la ráfaga fría en alguna parte sensible de nuestro cuerpo, provocandonos algun lio, la edad no
permite jueguecitos, ya que no tenemos sabana ninguna, que nos cubra. Estamos
encima de la cama, sin más protección que la piel.
En
este ambiente oscuro y caluroso, va pasando el tiempo con una lentitud
exasperante, provocando en nosotros una
sensación de desasosiego creciente. Cambio de posición en la cama por enésima
vez, las sabanas abrasan el cuerpo, te pongas en la posición que te pongas,
todo es calor e inquietud, el mirar el despertador es contraproducente, parece
que se ha parado el tiempo y no avanza. ¡¡¡Que
desazón!!!
De
puro cansancio en esta ajetreada noche, me sumerjo en un espeso letargo muy
parecido al sueño, cierro los ojos. De pronto, me despierto sobresaltado. Junto
a mi oído ha sonado una estridente
alarma, es la de “mi adorado despertador”, ¡¡¡HAY QUE LEVANTARSE, ES LA
HORA!!!.
¡¡¡ESTOY
MÁS CANSADO DE LO QUE
ESTABA CUANDO ME ACOSTE!!!, ¡¡¡VAYA NOCHE DE ASFIXIA!!! ¡¡¡QUE HORROR!!!...
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