El domingo por la tarde
A
la angustia del domingo por la tarde, también se le conoce con el nombre de
SINDROME DEL DOMINGO. Se sabe que puede pasar en personas de todas las edades,
de todos los países y de todas las condiciones sociales.
Este
problema fue detectado por primera vez en 2006, por la psicóloga norteamericana Larine Kase, que
realizó varias investigaciones al respecto en el Centro de Estudio y
Tratamiento de la Ansiedad, de la Universidad de Pensilvania. Los estudios de
Kase y otros que se han elaborado al respecto, señalan que la principal causa
de la angustia del domingo por la tarde, es algún grado de insatisfacción
laboral. Quienes experimentan esta angustia tienen dificultades no resueltas en
su lugar de trabajo, o en su vida laboral.
Algunos
simplemente no les gusta su trabajo, no quieren continuar pero por necesidad no
pueden dejarlo. No les gusta lo que hacen y eso lo perciben muy bien al
comienzo de la semana que lo consideran como el volver a empezar una especie de
tortura. Otros sienten la angustia del domingo por la tarde debido a las
tensiones que tienen en su entorno laboral. No han logrado compaginarse con sus
compañeros de trabajo o con sus jefes, por lo que al comenzar la semana se
reanuda la tensión.
También
se da la sensación de sentir la angustia del domingo por la tarde en las
personas que dudan de su capacitación laboral. Nunca están seguras de que van a
realizar sus tareas bien y a tiempo. Piensan que no pueden hacer nada
correctamente, comenzar una nueva semana es renovar esa sensación de
inseguridad e incompetencia.
Así
mismo, este malestar sucede en personas que no tienen trabajo. Para ellas el
inicio de la semana representa otro capítulo de esa lucha incierta por
conseguir un nuevo empleo. Precisamente esa incertidumbre de no saber si lo
lograran o no, es lo que dispara la angustia domingo por la tarde. Después de
la pausa del fin de semana, debe volver a enfrentarse a la dura realidad.
Finalmente
están quienes no logran tener un descanso adecuado. Son personas con una gran
sobrecarga laboral. A veces tienen que dedicar su tiempo de descanso a
actividades exigentes, a un segundo trabajo, al estudio o al hogar. Es
frustrante para ellos terminar la semana sin haber descansado. El domingo por
la tarde podrían sentir el peso con angustia de ese ritmo de vida.
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