Las suegras o los celos mal reprimidos
Los
suegros, respecto de una persona son los padres de su cónyuge o compañero/a. Se adquiere esa
condición desde el momento del enlace y desaparece, cuando esa unión se
deshace. Permanece en todo caso inalterable la condición de abuelos de los hijos
habidos. En caso de ruptura de la pareja, tiene protección legal la relación
abuelos-nietos.
Por
una tradición judaica, inmersa en nuestro imaginario cultural, los hijos se han
considerado, en España, una autentica propiedad de los padres a los que tenían
que obedecer, cuidar, amar y servir. Con el paso del tiempo, se ha visto que
esto no es así, que los “hijos son para el mundo” y que tienen que volar de
casa de los padres y vivir una vida, muchas veces ajena a la de sus padres y
sus creencias.
Cuando
en la vida de un hijo/a, entra una
persona ajena a la familia, se produce en esta un auténtico cataclismo. ¡¡¡EL
NIÑO/A, SE NOS PUEDE IR, ¿SERA FELIZ, CON QUIEN DICE HABER ELEGIDO?, EL
EXTRAÑO/A, NO CREO TENGA LOS MISMOS CUIDADOS CON ÉL/ELLA, QUE YO HE
TENIDO(pensamiento normal de las suegras). EL INTRUSO/A, ME VA A ROBAR EL
CARIÑO, DE MI NIÑO/NIÑA, AH Y ESO NO LO CONSIENTO, MATO SI ES NECESARIO!!!.
Este
es el comienzo de los tradicionales y numerosos problemas de relación entre las
parejas y los padres de los cónyuges
respectivos, de larga historia en
nuestra vida social. Es curioso señalar que son las madres respectivas y no los
padres, las más beligerantes en estas batallitas, que en muchas ocasiones han
terminado fulminando la vida en pareja de sus hijos.
También
hay que poner de manifiesto, la cobardía de muchos hijos/as que tienen un miedo
cerval de enfrentarse a sus padres respectivos, para indicarles, que a partir de
ese momento, con quien tiene que concertar todo, es con su cónyuge respectivo y
no con ellos. Que no deben inmiscuirse en su vida, y que en ella, hay una
frontera que no deben traspasar.
Hablar
sobre esto, seriamente, de manera clara y concisa al principio puede evitar
multitud de graves malentendidos de
difícil solución posterior. Todo esto se
podría resumir con un viejo refrán preventivo castellano. CADA UNO EN SU CASA Y
DIOS EN LA DE TODOS, por si acaso.
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