Ya hemos votado ¿y ahora qué?
El
ruido enmudece, las luces se van apagando
lentamente, los altavoces cesan en sus himnos laudatorios a sus
promotores, la programación de radio y tv va volviendo a su mediocridad normal,
la pesadísima campaña electoral que hemos venido sufriendo estos meses atrás
(los diversos comicios recientemente celebrados, estaban en puertas), parece
que ha llegado a su fin,... por el momento, YA HEMOS VOTADO, todo lo votable.
Vemos
con tristeza, el apagar de las luces y el jaleo de este carnaval que cada
cierto tiempo, sucede en nuestra sociedad supuestamente democrática. El ser
político normal, la mayoría silenciosa, comienza a perder importancia, los
próceres que hemos elegido con nuestro voto, empiezan a alzarse al Olimpo de la
alta política. Ahí ya no importa la vida y la problemática del españolito
medio. A esos los han encerrado hasta dentro de otros cuatro años, cuando
vuelvan a necesitar de su ansiado voto,
para seguir manteniendo su status (con permiso del partido político al que
pertenezcan) o pretender un puesto mejor.
Ahora lo importante son las alianzas, los
acuerdos...en una palabra el PODER, puro
y duro, para manejar, y manipular vidas
y haciendas de la mayoría silenciosa, la que los ha encumbrado con sus votos, a una
posición tan alta. Por lo menos, no solucionaran problemas, pero plantearan
constantemente divertidísimos espectáculos (riñas, insultos, pateos, groserías,
peleas...), aunque muchas veces hemos pagado, pagamos y pagaremos, los daños
colaterales que producen estos fuegos amigos, producidos por la incultura y
falta de preparación de los contendientes.
Debería
fomentarse como en otros países, LA ACCIÓN POPULAR, mediante la cual un grupo o
grupos de ciudadanos con su firma, pudieran interponer un recurso, contra algún
acto legislativo de las Cámaras, que consideraran lesivo, contra sus legítimos
intereses para que fuera nuevamente discutido. Sería un interesante modo, de
que los ciudadanos continuaran en último termino, controlando la labor de
representantes, hasta el fin de la legislatura.
La
necesidad de una nueva LEY ELECTORAL es evidente...pero no soñemos y pensemos
que se harán algunos cambios cosméticos, recordando aquello de que HAY QUE CAMBIAR
TODO, PARA QUE NADA CAMBIE y nada mas.
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