Llegó, para quedarse
El ambiente madrileño, cada vez es un poquito más irrespirable, la
sequedad ambiental y la falta de brisa, hacen de la Villa del Oso y el Madroño,
sobre todo a partir del mediodía, sucursal aventajada del desierto del Sahara.
En los meses precedentes, los desarreglos y
fenómenos meteorológicos inusuales, han sido continuos sobre nuestra ciudad.
Soles, lluvias, tormentas, oscilaciones termométricas (del calor al frio, en
poco tiempo y viceversa), pedriscos...En febrero y marzo, muchos árboles,
estaban en una temprana, espectacular e inesperada floración.
La
gente asustada, ¿Qué es esto, no es normal?, ¿será el cambio climático?,
¿habrán cambiado, los periodos estacionales?, ¿habrá verano, este año?, de
pronto la Naturaleza se calmó (porque si, no acepta recomendaciones ni
imposiciones de nadie), las lluvias y fenómenos meteorológicos raros cesaron,
las columnas termométricas y barométricas, empezaron a subir, ya con ritmo de
verano y este se presentó de sopetón, con el deseo de acompañarnos y licuarnos,
durante su acostumbrado periodo de actividad.
Los
pacientes ciudadanos madrileños y foráneos, que nos acompañan, tenemos que
sufrir en la estación tórrida. varios inconvenientes, que neurotizan aún más
nuestra situación. No nos damos cuenta, de la perrería que supone para los asfixiados
vecinos, el llamado horario de verano, GMT+2. El Sol, en su misión plurisecular
de calentar la tierra, no conoce de horarios de verano y horarios de invierno,
calienta y ya está, el +1 y +2, le trae al pairo. Una persona mira su reloj, ve
la hora y se pregunta, ¿Cómo a las 8 de la tarde hace tanto calor?, pues muy
sencillo, para el sol son las 6 de la tarde. Esta tontería neurotiza, repito, y
desequilibra la vida a muchos convecinos (nativos y foráneos), ¿para cuándo un
horario único?...
Hay
que agradecer a nuestro ardoroso visitante, lo que nos ha ayudado, su calor a aguzar el
ingenio e inventar cosas clásicas para combatir los rigores de la estación: EL
BOTIJO (agua fresca), LA LIMONADA (granizada), EL AGUA DE CEBADA (muy fría), EL
ABANICO (para darse aire) Y EL PASEO NOCTURNO monumentos de la creatividad de
un pueblo asado y tostado por un sol sin piedad. La técnica no ha inventado
nada nuevo para estos rigores, sino que
los ha modernizado FRORIFICOS, AIRES ACONDICIONADOS, ETC, ETC.
¡¡¡BUENO
TERMINO, NO ESCRIBO MÁS, ESTOY SUDANDO!!!
¡¡¡ AH Y EL VERANO LLEGÓ Y LLEGÓ PARA QUEDARSE, COMO SIEMPRE!!!
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