Terminan por fin las chapuzas
La
riada de elecciones toca a su fin, clausurada con unas aguadas municipales, autonómicas
y parlamento europeo, el próximo domingo. Digo “aguadas”, porque no tienen la
sustancia que dan proyectos partidistas interesantes para los ciudadanos
implicados, ni presuntos aspirantes a escaños, que con su personalidad y saber,
encandilen a los electores.
Vivimos
por desgracia en el actual panorama político español, una carencia casi total
de personas que deseen aportan a los ciudadanos, soluciones serias y posibles a
los problemas pendientes a largo plazo. Esto se resume muy fácilmente, con
vocación política autentica.
Los
aspirantes, que pululan por los carteles publicitarios y distintos spots, no
dejan de ser más que personajillos de segundo orden, que han visto en la
política un campo abonado para el medro personal y de allegados.
Lo
bueno que tiene la terminación de esta multicampaña electoral, es que por lo
menos dejen de hacer las auténticas chapuzas, como en el caso de Madrid, para
llamar la atención de la presunta clientela electoral. Los futuros ediles, ya
tiene un trabajo para no aburrirse intentando deshacer los entuertos
realizados, para llamar la atención por parte de la Corporación actual, sobre “el
mucho trabajo realizado”, en estos pasados cuatro años, hablo lógicamente en
teoría.
Se han querido hacer, en los últimos cuatro
meses, lo que no se ha hecho en cuatro años, con un despliegue alocado de
medios. Esos pasos de peatones, asfaltados dos veces, una encima de otra
olvidándose de los muchos que han quedado como estaban, mal pavimentados,
persistiendo el peligro para los ciudadanos y vehículos circulantes por ellos.
Vivo en una calle corta del barrio de Chamberí, próxima a la glorieta de
Bilbao, teníamos seis puntos de luz, más o menos normal, ahora de resultas de
esas prisas electorales, han colocado cuatro más, con lo que se da la
originalidad, que en el centro de la calle, hay apelotonadas seis luminarias y
en el resto nada, para que seguir....Este ejemplo, es de una pequeña zona, de
un popular barrio madrileño, ¿si lo extrapolamos, al resto de España?, pienso que
la respuesta, para llorar.
Imiten
a los que se van, en el no hacer nada pero no den “el estirón del vago” al
final, eso nos vale a los contribuyentes, mucho dinero.
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