Medios de comunicación en verano
La
finalidad primordial de estos medios (prensa, radio, televisión e internet), en
la actualidad se resume en tres facetas: ADOCTRINAR, INFLUENCIAR Y ENTRETENER
al público que tiene acceso a ellos. Atendiendo a los intereses que defienden,
buscan el beneficio económico del empresario o grupo empresarial que los
dirige, habitualmente concentrado en grandes grupos de comunicación multimedia,
e influir en su público tanto ideológicamente, como comercialmente mediante la
publicidad.
Partiendo
de estos principios, el verano a los medios viene a ser como el cruce del
desierto, por parte de Moisés y su pueblo israelita. No sucede realmente nada
interesante, con que rellenar el papel impreso e imágenes de interés con que
salir a la pequeña pantalla. Para luchar contra una actualidad, que resulta
generalmente plúmbea en estos calurosos días, se recurre en los medios escritos
a editar reportajes sobre los temas más extraños, encargados a redactores en
prácticas (ven las estrellas, para llevar a buen puerto el delicado encarguito...),
y actualmente la manipulación y cocinado delicado de las famosas, noticias
falsas (false news), que aunque luego es casi seguro haya que desmentir, pero
nos solucionan la falta de original.
En
radio y televisión el uso de material grabado, está a la orden del día. Se
funciona con el personal fijo mínimo, para permitir que un amplio resto,
disfrute de un merecido descanso estival. Los micrófonos de la programación, en
la época estival están en manos de sustitutos, que en la mayoría de los casos
no llegan a tener la categoría, salvo algunos casos dignos de mención, del
titular del espacio. Sirven de ayuda altruista a la dirección, las personas que
cursan estudios audiovisuales, que necesariamente tienen que hacer prácticas en
los medios, ayudando con más o menos desparpajo a los poco maduros presentadores
estivales.
En
algunos canales televisivos, el jefe de la parrilla está de vacaciones y el que
le sustituye no se da cuenta, repitiéndose los programas con ritmo
descontrolado. Un programa que se vio por la mañana, se ve otro día al
atardecer y a la semana siguiente por la noche. Para que seguir, un horror
tedioso que invita a apagar el aparato.
Con que placer se busca el “off “del interruptor...
Esto
hace que se plantee un dilema para el ocio en la canícula LEER O DORMIR.
¡¡¡
COMO AYUDAN LOS PROGRAMAS ESTIVALES DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN A
REENCONTRARSE CON UN BUEN LIBRO, GRACIAS!!!
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