La etiqueta desvestida


La etiqueta, es el ceremonial o conjunto de reglas que se siguen en los actos públicos y/o familiares solemnes (bautizos, bodas, sepelios...) o en el trato con personas con las que no se tenía confianza y había que demostrar “respeto”, hacia ellas. Esta etiqueta, comprendía: actitudes, gestos, maneras y vestuario.

Hasta hace relativamente pocos años, era inconcebible que en invierno y en verano, los hombres no llevaran traje compuesto de chaqueta, pantalón largo,  camisa adornada con una ajustada corbata,  tanto en su vida laboral, familiar y de relación. Eso sí de tejido más liviano para tratar de aliviar así los rigores de la estación, en verano. Las mujeres también sufrían serias y molestas limitaciones, en su vestuario, provocadas por “la etiqueta” y la “moralidad” que ahogaba a todos de una manera o de otra.

El paso del tiempo, el cambio de mentalidades, hábitos sociales y la necesidad que tienen las personas de ser cada vez más libres, en todos los sentidos, ha hecho que esta etiqueta comience a atenuarse, en una palabra que se desvista. Ya no causa extrañeza los pantalones cortos en verano, la supresión de la chaqueta en muchas actividades familiares, sociales y laborales, la no utilización de corbata, en muchas ocasiones. Las mujeres, han hecho más liviano y cómodo su vestuario, utilizan más pantalones, que faldas, usan todo aquello que les puede hacer más tranquila y fácil su vida en todos los sentidos, sin importar a nadie el famoso “que dirán”.

En las playas tan abundantes en el litoral español, se observa desde una imparable penetración del “desnudismo”, de momento en terrenos acotados para esta actividad, hasta la desaparición de los famosos “meybas”, que castamente cubrían hasta más de la mitad de las piernas de su portador, impidiendo que se notara cualquier parte de su anatomía interna, cualquier parecido con los actuales “bañadores” es mera coincidencia y que decir de las  mínimas prendas de baño femeninas, que ponen prácticamente al descubierto el cuerpo de la mujer, con los beneficios que para esta reporta.

Hemos ganado una batalla por la libertad personal y hemos derrotado a la ñoña y molesta “etiqueta”, sin detrimento del respeto que merecen las personas entre sí.








¡¡¡ HEMOS DEJADO LA ETIQUETA DESVESTIDA!!!



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