Un artista del Renacimiento italiano, poco conocido

BENVENUTO CELLINI, nacido en Florencia, el 03 de noviembre de 1500 y muerto en la misma ciudad italiana, el 13 de Febrero de 1571.

Orfebre, escultor y grabador, artífice de obras magnificas, como “El Perseo”, que puede contemplarse en la Plaza de Signoria de la ciudad de los Médicis, o el extraordinario “Salero de Francisco I”, pieza sin par en toda la historia de la orfebrería europea, de oro, plata y esmaltes que hoy se encuentra en el Kunsthistoriches Museum de Viena y el Crucifijo, en  mármol blanco de Carrara, que se puede admirar, en la Basílica del Escorial (Madrid). Tiene unas dimensiones de 184 cm de altura por 186 de envergadura, el paño de pureza o perizonium,  que se puede desmontar.

Hombre de carácter decidido y aventurero, pendenciero e irascible, nos dejó en una narración escrita de su VIDA un insuperable y vivo retrato de primera mano de un temperamento excepcional en una época excepcional, el Cinquecento, en la que el pleno Renacimiento fue dando paso a una Europa que se adentraba en el Barroco y la Reforma Católica.

La narración muy realista, tiene episodios memorables, como el de los “espíritus del Coliseo” o la narración del saco de Roma, los periodos que pasó preso en el castillo de San´t Ángelo, de la Ciudad Eterna. Las peripecias que le sucedieron en Francia bajo la protección de Francisco I o la casi angustiosa fundición del “Perseo”, hacen de este relato, un relato inolvidable. Es de lectura super recomendable. En lengua española, está editado por Alianza-Editorial.

Fue una figura destacada, en una época de titanes: aquel Renacimiento italiano tan esplendido y suntuoso como primario y feroz, que poblaron personalidades como Miguel Ángel y Rafael, papas soberbios y familias legendarias como los Médicis.

Pienso que este relato nos puede servir como guía de viaje evocadora de la figura de Cellini, viajando por los caminos entre Roma y Florencia, sujeto a sus monturas, a las acechanzas del camino y a las incomodidades del viaje.