De la tormenta continua al sol sahariano
En
la vida de los humanos, no existe el término medio en sus actos, donde
dice el popular refrán que esta la
virtud. Pienso yo particularmente, que eso de la posición media, es una filfa
popular. Lo digo, en relación con las brutales inflexiones del tiempo, que
estamos sufriendo en la ciudad de Madrid., desde principios de este año.
El
comienzo del 2018, marcó una cadena de días grises, un cielo cargado de nubes y
pesadez ambiental tremenda, con las consiguientes mini o maxi series de problemas, enfermedades, y
trastornos traumatológicos, neurológicos, digestivos, psicológicos, irritabilidad,
etc., padecidos por los sufridos madrileños, con un espíritu verdaderamente estoico, salvo
excepciones. Las lluvias han caído de manera desordenada durante todo este
tiempo tan caótico, que nos ha tocado en suerte, acentuando aún más, el caos
atmosférico reinante. Según dicen los entendidos, una primavera anómala, en
toda la extensión de la palabra.
Después
de esa primavera eléctrica, las temperaturas se han disparado hacia arriba,
marcando temperaturas constantes, superiores a los 35ºC, que achicharran al
pobre madrileñito de a pie, ¡¡¡ QUE SE LA VA A HACER, ESTAMOS EN VERANO!!!
Gigantescos
intereses económicos y políticos, que nos
están vendiendo esto como, ¡¡¡ EL CAMBIO CLIMATICO!!!, no caen en la cuenta, o
no les interesa caer, que EL PLANETA TIERRA, está sufriendo constantemente
cambios de clima y estructura, con las implicaciones positivas y negativas, que
tiene para sus pacientes moradores.
Baste
recordar, que reinando en España, Felipe II, en el trienio 1601-1603, la
temperatura bajo una media de 3,1º C, en los reinos peninsulares, lo que
provoco: pérdidas de cosechas, hambre y una cuantiosa emigración... con las
subsiguientes pérdidas económicas muy cuantiosas.
Estos
fenómenos u otros semejantes, se han ido sucediendo en periodos de tiempo más o
menos largos y la Tierra se ha ido recuperando.
Cuidemos
nuestro planeta, con mimo y esfuerzo, sin oír a los catastrofistas de turno.
Eduquemos ambientalmente a nuestros hijos, no permitamos las auténticas
barbaridades especulativas que últimamente, algunos seres humanos están
haciendo, contra ese pequeño planeta azul en el Universo, que es donde vivimos
y queremos que vivan nuestros descendientes, llamado ¡¡¡TIERRA!!!
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