Situaciones difíciles Un variado final- La conversació



Para empezar, has de saber a que categoría de oradores perteneces. Algunos son apagados y aburridos al principio de la conversación y, luego van mejorando progresivamente; se diría que su elocuencia no quiere afirmarse de entrada, como un huésped que se demora en la entrada de la casa. Otros, al contrario, se muestran brillantes y convincentes al principio pero, por poco que se prolongue la conversación, va perdiendo recursos a la vez que el hilo de sus palabras. Comienzan entonces a lanzar juicios tan definitivos como infundados.
Es preciso practicar el arte de la conversación en función del temperamento de cada uno. Si perteneces al primer grupo, evita multiplicar las conversaciones, per haz que cada una dure bastante tiempo. Si perteneces en cambio al segundo grupo, entabla muchas conversaciones, que deberás abreviar en cuanto consideres que has alcanzado el efecto deseado.
Muéstrate poco elocuente con los prepotentes; prefieren mucho más ser escuchados que escuchar. Ante ellos sé más filósofo que elocuente y, aunque te distingan con su amistad y familiaridad, no olvides nunca testimoniarles tu respeto

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